Adiós, 2018... ¡Hola, Maruata!
Una de las playas más hermosas de México se encuentra en Michoacán, a la espera de ser descubierta por los aventureros
Paraíso por descubrir, rincón mágico de Michoacán y espacio al que una vez visitado se anhela regresar siempre, Maruata es el destino perfecto para despedir con una sonrisa un año donde los viajes marcaron profundamente nuestros corazones viajeros.
Desde el momento en el que llegas, el frío deja de quemar. Sus aguas calientan la sangre y junto a ellas podrás escuchar los latidos de tu corazón. Aquí es imposible no sentirse feliz, acariciado por el Sol en las mañanas y contemplando la Luna resplandeciente y pura por las noches.
Encanto donde se hacen las promesas eternas entre enamorados, Maruata con su arena dorada y pureza de sus aguas fascina a cada viajero que llega a sus playas vírgenes. Sí, aquí el contacto con la naturaleza es puro. No por nada su nombre en lengua indígena significa “Donde hay cosas hermosas”.
¿Qué te parece si vamos a explorar esta belleza?
A la aventura total
Aunque cada vez menos comunes de encontrar, nuestro país todavía presume playas vírgenes, de aspecto prístino y paradisiaco. Una de las más bellas es Maruata, reservada para aquellos que estén dispuestos a desconectarse de toda distracción citadina y sobre todo, descansar sin mayor necesidad que la suave superficie de la playa y el arrullo de las olas. Porque nada se parece a la experiencia de dormir bajo la cobija de estrellas que asciende por la noche en la costa michoacana.
El pueblito adyacente no tiene más de 30 habitantes, aunque será común que te topes con alguno que otro campista, ya sea solitario o en familia. Allí también encontrarás información sobre el camping e incluso venta de comida, cuyo sabor es famoso en todo el Estado michoacano.
Antes de seguir, veamos un poco de la geografía del lugar. Maruata está dividida en tres bahías, lo que permite nadar en los piletones de agua color turquesa que se forman. La zona no solamente atrae a bañistas casuales y amantes de la naturaleza, sino también a surfistas que andan detrás de una buena ola.
Vamos de paseo
Recorrer a pie la playa es una delicia que bien vale la pena experimentar, aunque también está la opción de rentar un paseo a caballo. El recorrido vale la pena, porque te permite admirar la fauna de la zona, con garzas, pelícanos y flamencos pintan el cielo de mil colores. De julio a diciembre puedes atestiguar la llegada de tortugas laúd, golfina y negra a desovar. En octubre se suelen liberar a las tortuguitas recién nacidas.
Los lancheros de la zona te pueden llevar a playas cercanas para tomar el Sol con mayor privacidad (en algunas incluso es posible hacerlo sin mucha ropa encima). También pueden acercarte al risco llamado “el dedo de Dios”. Una vez que lo veas, entenderás el buen tino al nombrarlo así.
¿La comida? Inmejorable si lo tuyo son las delicias del mar: Pescado, pulpo, langosta, camarones y ostiones se encuentran a buen precio y con sabor incomparable. Y bueno, más fresco, imposible.
Tu mente se llenará de las postales fabulosas que Maruata regala a todos aquellos que deciden conocerla y dejarse sorprender por el vaivén de sus olas. En ti quedará la belleza eterna de una experiencia y los recuerdos de un espacio celestial que no pide mayor pasaporte que las ganas de vivir una experiencia única.
LA LLEGADA
Partiendo de Morelia, toma la autopista 200 con dirección al puerto Lázaro Cárdenas. Desde allí sigue las indicaciones. Recuerda verificar las condiciones de tu automóvil antes de salir a la aventura y ¡buen viaje!