México suma tres mil 362 casos de viruela del mono
Ciudad de México, Jalisco, Estado de México, Yucatán y Quintana Roo son las entidades que más casos reportan en el país señala la Secretaría de Salud federal
La Secretaría de Salud (SSa) reportó que en el país, hay 79 casos confirmados de viruela símica, así como 160 probables contagios.
De acuerdo al Informe Técnico Semanal de Vigilancia Epidemiológica, desde el registro del primer caso y hasta al 28 de noviembre se identificaron cinco mil 561 personas que cumplen la definición operacional de caso probable.
De ellas, tres mil 362 fueron confirmadas, 371 se encuentran en estudio, mil 828 descartadas mediante prueba de laboratorio y cuatro defunciones.
El Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) notificó que los casos positivos se encuentran distribuidos en las 32 entidades federativas: Ciudad de México, mil 913 contagios; Jalisco, 372; Estado de México, 337; Yucatán, 128; Quintana Roo, 130; Tabasco, 48; Puebla, 56; Nuevo León, 41; Chiapas, 38; Veracruz, 37; Baja California, 26; Querétaro, 25; Morelos, 22; Hidalgo, 21; y Sinaloa, 18.
Además, Guanajuato, 17; Chihuahua, 16; Coahuila, 14; Tamaulipas, 13; Guerrero, 11; Aguascalientes, 11; Nayarit, 10; Campeche, nueve; Oaxaca, nueve; San Luis Potosí, ocho; Tlaxcala, ocho; Michoacán, siete; Sonora, cinco; Colima, cuatro; Zacatecas, cuatro; Baja California Sur, dos y Durango, dos.
En cuanto a la distribución por sexo asignado al nacer, el predominio es en hombres, con 97.4%. El grupo etario de 30 a 34 años es el de mayor prevalencia, ya que presenta una tasa de incidencia de 8.7 por cada 100 mil habitantes; es decir, 888 de los tres mil 362 casos confirmados.
Respecto al género de los casos confirmados que brindan información, 96.3% corresponde a masculino y 2.8%, femenino; 0.3% es no binario; 0.03%, bigénero; 0.2%, transgénero; y 0.4% corresponde a otro grupo.
Los síntomas más comunes reportados son: exantema en todos los casos, que se identifica con erupción de color rojizo en la piel, y más o menos extensa; fiebre; dolores de cabeza, muscular y articular; inflamación de los ganglios linfáticos; debilidad o fatiga general que dificulta o impide realizar tareas que, en condiciones normales, realiza fácilmente; escalofríos y otros.
La comorbilidad que más se presenta es el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en mil 963 de los casos confirmados de viruela símica; es decir, 58.4%. Le siguen sífilis y diabetes mellitus, entre otras.
Se identificaron 11 defunciones, de las cuales, cuatro se relacionan directamente con la infección por el virus de la viruela símica; dos no son por esta causa directa, y cinco se encuentran en análisis por parte de un grupo de personas expertas en infectología y epidemiología para definir si existe asociación causal entre la defunción y la infección por virus de la viruela símica.
Se trata de 10 hombres y una mujer, quienes durante la atención médica presentaron lesiones compatibles con viruela símica y que, posterior al estudio de laboratorio, fueron confirmadas.
Al 26 de noviembre, en el mundo se reportaron 81 mil 107 casos confirmados en 110 países, territorios y áreas en las seis regiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como 55 defunciones.
Esta enfermedad dura en promedio 21 días, y se transmite por contacto directo con las secreciones de una persona enferma a través de mucosas o lesiones de la piel, gotitas respiratorias y objetos contaminados con líquidos corporales.
Se puede prevenir al evitar contacto físico directo con personas enfermas o que se sospecha pudieran tener la enfermedad. El contacto sexual es una actividad que debe tomarse en cuenta, ya que se contagia por contacto muy estrecho entre dos o más personas.
Existen prácticas que pueden incrementar el riesgo de infecciones, incluyendo la viruela símica, como: sexo con personas desconocidas, cuartos oscuros o fiestas sexuales; esto, debido al contacto estrecho entre las personas durante estas actividades.
Quienes cuidan a familiares con la enfermedad deben lavar con agua tibia y detergente la ropa, toallas y sábanas de la persona enferma y los utensilios para comer; además, limpiar y desinfectar superficies contaminadas. En caso de presentar síntomas, las y los pacientes deben evitar acercarse a otras personas y no acudir a lugares públicos.