Sobreviviente de avionazo reconoce pericia de pilotos y vuelve a viajar
Una vez recuperado, José Luis Corral regresó al aeropuerto para tomar un nuevo vuelo
José Luis Corral burló a la muerte. Es uno de los 103 pasajeros del vuelo 2341 de Aeroméxico que, el pasado 31 de julio, se impactó en el suelo al intentar despegar. Recibió atención médica, se recuperó de sus lesiones y, en menos de una semana, regresó a los aeropuertos.
Los pilotos, dice el empresario, son la razón por la que regresó con su familia. “Decidieron aterrizar como pudieran y, para mí, lo que hicieron fue increíble”.
Su actividad le obliga a viajar constantemente, así que el 31 de julio era un día más en su agenda. Atendió las indicaciones de las azafatas y esperó a que el avión avanzara. Allí comenzó la tormenta.
“Tardó un poco más de lo normal en levantar vuelo porque el viento no lo dejaba”. Él sintió un golpe y el sonido del avión al deslizarse sobre el suelo lo ensordeció. “Fue espantoso. Todos estaban llorando y desesperados”.
La aeronave seguía en movimiento y él trataba de calmar a la gente, aunque por dentro imaginó que vivía sus últimos segundos. Al final logró salir, sólo para huir de las llamas. “De hecho le reclamé a uno de los bomberos el por qué tardaron tanto (…) Me contestó que nadie les llamó hasta muy tarde. Una de las azafatas me dijo que llamaron tres veces a la torre, pero nadie les contestaba”.
José Luis terminó con contusiones en el tórax, una fractura en el cuello y una herida en una pierna.