La Ciudad de México vive con el temor a la falta de agua
Las principales fuentes hídricas de la capital están colapsadas y el servicio está en riesgo
“Se puede decir que era un oasis aquí, y ahora... seco”, lamenta consternado el pescador Agustín García, parado ante la desértica laguna de Zumpango, al Norte de Ciudad de México.
La falta de agua en Zumpango es uno de los múltiples síntomas de la crisis hídrica que afecta al país, incluida la capital y sus suburbios, donde viven unas 20 millones de personas.
Dos torbellinos de polvo atraviesan lo que antes fue una gran laguna, donde yacen lanchas abandonadas.
García, de 55 años, se dice “devastado” por el panorama que ha dejado la sequía. Recuerda cuando podía pescar aquí kilos de mojarras y carpas.
“Tengo familiares que eran aquí pescadores, ya tuvieron que irse para el otro lado (Estados Unidos) a buscar ahí la mejor condición de vida”.
Una decena de bombas han sido instaladas en esa misma zona para extraer agua de pozos señalan los vecinos y otras fuentes oficiales.
“Que dejen un pozo para rellenar nuestra laguna”, súplica García. “No al robo del agua. El agua es nuestra”, está escrito en rojo en una pared muy cercana al desértico embalse.
Conagua, la autoridad responsable del tema, no ha respondido a solicitudes de información sobre dichos trabajos.
Según medios nacionales, en el lugar se están perforando nueve pozos de 300 metros de profundidad, que servirán para suministrar agua a Ciudad de México, donde la escasez se hace sentir desde principios de año.
“Es ironía que de este lado está totalmente seco, como desierto, y que del otro lado están haciendo pozos de agua. Si hay agua para llevar a otros lugares, ¿por qué no hay agua de este lado de la laguna?”, comentó la especialista en biodiversidad, Rosaura Álvarez, a medios nacionales.
¿Día cero?
Varios barrios de la capital viven fastidiados por constantes cortes de agua. Se ha multiplicado la entrega del líquido en camiones y algunos habitantes han instalado enormes tinacos o construyeron cisternas para almacenarla.
El año 2023 fue el más seco registrado en México desde 1941, con un déficit de lluvia de más de 20% “por debajo del promedio” registrado entre 1941 y 2020, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
La sequía disminuyó los niveles de las represas que alimentan al sistema Cutzamala, que aporta 25% del agua del Valle de México. El sistema se encuentra actualmente en un nivel crítico de 38% de su capacidad, contra 46% hace un año y un 70% de almacenamiento promedio, según cifras oficiales.
En noviembre se anunció un recorte en el suministro porque, de no hacerlo, hacia finales de junio el Cutzamala se quedaría sin agua.
En medio de la campaña hacia las elecciones generales del 2 de junio, opositores y algunos medios alertan sobre la próxima llegada del “día cero” en que la megaurbe se quedaría sin agua, algo que niegan las autoridades.
Además del cambio climático, la crisis de agua en la megalópolis es provocada por grandes fugas debido a tuberías obsoletas.
“En la Ciudad de México, la rápida urbanización y la gestión descuidada de nuestros recursos hídricos nos tienen en un punto crítico”, señala el académico Juan Manuel Núñez, de la Universidad Iberoamericana, en una nota que publicó en enero.
La temporada de lluvias inicia a finales de mayo y las temperaturas están por encima del promedio registrado habitualmente en esta época, bordeando los 30ºC.
Ya en 2022, Monterrey, ciudad con unos 5.4 millones de habitantes, vivió su crisis más severa de escasez de agua. La escasez obligó a los gobiernos estatal y federal a construir contrarreloj una nueva presa que se espera opere este año.
Tema de campaña
Los candidatos a la presidencia han convertido el desabastecimiento de agua en la capital en un tema central de la campaña.
Xóchitl Gálvez prometió tratar “el 100% del agua residual”, como ocurre en Los Ángeles y Singapur.
En tanto, Claudia Sheinbaum, propuso que el agua sea reconocida como un recurso de la nación en la Constitución, y se opone a nuevas concesiones al sector privado.
En el Estado de Michoacán, el lago natural de Cuitzeo, uno de los más grandes del país (cerca de 300 km2), se ha secado en más de la mitad de su superficie (hasta el 70% según ciertas fuentes).
“Si no hay lago, no hay vida”, comentó Rafael Vázquez, pescador de la comunidad de La Mina, y resaltó que más de 140 familias dependen en esa localidad de la pesca.
La deforestación en la región y la construcción de carreteras que han dividido al lago también explican su estado actual, explica el académico Rafael Trueba.
AFP
El crimen y la sequía dañan la producción de café en Chiapas
Agricultores y autoridades de la frontera de México con Guatemala advierten de una caída del 80% en los últimos dos años de jornaleros mexicanos y centroamericanos en los cultivos de café y caña porque prefieren migrar a Estados Unidos en medio de la violencia y la sequía que afecta a la región.
Ismael Gómez Coronel, presidente de la Unión de Productores Independientes de Café, aseguró que “de la población rural de Tapachula y del Soconusco”, en el límite sur de México, “ha migrado el 80% de la población”.
“A tal grado que nos hemos quedado sin mano de obra, no hay, principalmente en las fincas cafetaleras que antes necesitaban jornaleros guatemaltecos. Había fincas que ocupaban entre tres mil y cuatro mil personas por cosecha”, comentó el líder agrícola en entrevista.
Gómez Coronel advirtió de que los productores enfrentan “una grave situación” porque los productores de café tienen que recolectar ahora de manera artesanal el grano, lo que influye en el incremento de precios, mientras los campesinos se van porque los sueldos no alcanzan.
“Hoy en día los guatemaltecos tienen que migrar a los Estados Unidos, el tipo de cambio no les conviene, el jornal es más barato aquí que allá, hay muchas situaciones, como los jornaleros mexicanos también emigrando”, apuntó.
El azote de la violencia y la sequía
El líder agrícola resaltó que en las regiones de la Sierra Madre de Chiapas, el clima de inseguridad y los conflictos de la delincuencia organizada han afectado la producción de café.
El fenómeno refleja la creciente disputa de grupos criminales en Chiapas, donde apenas en febrero la violencia obligó a las iglesias cristianas a cerrar en al menos 10 municipios.
Mientras que, a finales de enero, el Presidente Andrés Manuel López Obrador admitió que hay enfrentamientos del crimen organizado en las zonas arqueológicas de Bonampak y Yaxchilán, donde están algunas de las principales ruinas mayas de la frontera Sur.
Por otro lado, la crisis climática y la sequía provocaron que los caficultores de Chiapas, con la mayor producción, perdieran del 25% el 30% de su cosecha en 2023, según expresó Argelio Díaz Jiménez, presidente de la Cooperativa de Productores de Café (Coopcafé).
Las familias hacen su propia cosecha
Jorge Aguilar Reyna, coordinador territorial del programa gubernamental Sembrando Vida en Tapachula, indicó que históricamente se contratan 50 mil trabajadores en la época de cosecha de la caña, café, soya y plátano.
Ahora, comentó, estiman entre unos 10 mil y 30 mil migrantes, por lo que, en el caso del café y la agricultura familiar, la propia familia y las comunidades cosechan.
“Históricamente hay una relación muy fuerte y un acuerdo de México con Guatemala para permitir el cruce de jornaleros en temporada de cosechas derivado de que somos el distrito número ocho en extensión (agrícola del país)”, comentó.
“Se tienen 300 mil hectáreas de sistemas y productos muy importantes y estratégicos como café, cacao, plátano, caña y soya, que requieren mano de obra agrícola y hay condiciones para que laboren”, agregó.
Sin embargo, citó que en los dos últimos años ha disminuido hasta en un 80% de jornaleros que se dedicaban al corte de caña y café, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Migración (INM).
Detalló que los jornaleros que llegan a trabajar a Tapachula suelen ser de Honduras, Guatemala y la parte alta de la Sierra de San Cristóbal de las Casas, Comitán y Motozintla, en Chiapas, que bajan unos meses y regresan a sus comunidades.
EFE
Pipas privadas se roban líquido
El huachicoleo o robo de agua que se da en pozos públicos y en la red primaria es un problema grave; la Secretaría del Agua del Estado de México calcula que pipas privadas se roban arriba de los tres metros cúbicos por segundo, por lo que el combate a este fenómeno “lo vemos como una prioridad”, afirmó su titular, Pedro Moctezuma Barragán.
La dependencia ha detectado el uso exclusivo de pozos municipales por parte de pipas privadas que venden el afluente y no la distribuyen de forma gratuita en colonias afectadas por la reducción del Sistema Cutzamala, lo que también ha sido denunciado por vecinos afectados por la crisis hídrica.
La ubicación y operación de pozos forma parte de un estudio que realiza la Secretaría del Agua mexiquense, porque “aspiramos a que los pozos sean modelo, acompañados con casas del agua que puedan hacer la distribución in situ, en lugar de que sean presa de pipas, que a veces distribuyen el agua de forma gratuita pero muchas veces no”, dijo.
El Universal
CT