México

Romero Deschamps, el "primer huachicolero de la República"

Una crónica parlamentaria de 1979 revela el inicio del contubernio entre el poder político y sindical con la aprobación del líder petrolero como legislador federal

La crisis de combustible en México derivada del combate al robo de hidrocarburos quizá comenzó a gestarse un día concreto, hace cuatro décadas: el 27 de agosto de 1979.

En esa fecha, la Comisión Dictaminadora del Colegio Electoral de la Cámara de Diputados, tras 12 horas de debate, calificó la elección de 22 legisladores del PRI pese a las anomalías durante la jornada electoral.

Entre los nuevos legisladores federales apareció por primera vez Carlos Antonio Romero Deschamps, entonces líder petrolero de la sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), y electo diputado del PRI por la vía del voto popular.  

Su caso “fue el más debatido”, según consignó EL INFORMADOR en la crónica de esa época. La oposición acusó a Romero Deschamps de inelegible como legislador porque enfrentaba procesos penales por secuestro, amenazas e injurias. No obstante, asumió su curul y adquirió el fuero.

La Cámara de Diputados dispone de una valiosa herramienta para hurgar en nuestra historia política: todas las transcripciones de los debates legislativos desde principios de siglo están consultables en línea.  

La crónica parlamentaria del debut de Romero Deschamps como diputado federal, bien pudo haber ocurrido hoy en el pleno de la actual 64 Legislatura.

Este es un breve recuento.

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27 de agosto de 1979, Cámara de Diputados

Gerardo Medina, candidato panista a diputado, tomó la palabra. Protestó, pero le concedieron sólo 15 minutos. Cuando se trata de política, sentenció, el lema del partido en el poder y sus beneficiarios es uno solo: “de todas, todas”.

Había perdido con 16 mil votos frente a los 40 mil del priista Romero Deschamps en el Distrito 28 del D.F. “No basta informar cuántos votos sacó el que aparece en mayoría”, reclamó, “sino cómo los obtuvo”.

Sirvieron para todo, desde claque aplaudidora hasta brigadas de represión

“Petróleos Mexicanos proporcionó al candidato del PRI no sólo materiales sino ciento veinte trabajadores de la Refinería y de la Gerencia de Proyectos y Construcción, a sueldo de la empresa y a tiempo completo por tres meses, los cuales sirvieron para todo, desde claque aplaudidora hasta brigadas de represión, como lo constataron algunos de los propagandistas amenazados pistola en mano.

(Silbidos en las galerías.)”

Señor Presidente, acotó Medina tras la rechifla, “me descuenta el tiempo de los inteligentes de las galerías”, y continuó:

“El cómo y por qué de los votos en favor de nuestros contrincantes podría fundarse también en su personalidad. Su propia personalidad que fue pasto de noticias en la nota roja en los periódicos, con denuncias por atropellos probados y confirmados y como vendedor de plazas de Petróleos Mexicanos”.

Hesiquio Aguilar, diputado priista de la Comisión Dictaminadora encargada de calificar la elección, anticipó a dónde iba el panista. Pidió la palabra y atajó que el órgano a su cargo “no tiene conocimiento de hechos que configuren que el presunto diputado Romero Deschamps tenga proceso penal pendiente o sentencia ejecutoria en su contra por la comisión de algún delito. (Aplausos.)”

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El papelote de la Procuraduría

Después vino un acto inédito de teatralidad legislativa. El diputado priista Hesiquio Aguilar solicitó la lectura de dos documentos enviados a la Cámara, firmados de puño y letra por el Procurador General de Justicia del D.F.  

En cada foja, correspondiente a las averiguaciones previas SC/2751/79 y SC/3462/79 contra Romero Deschamps por amenazas, injurias y secuestro, se enfatiza que “dichas imputaciones no se encuentran apoyadas por ninguna declaración testimonial” y en ambos casos se capitula: “no existen ningún elemento de prueba”.

El diputado Gerardo Unzueta del Partido Comunista Mexicano, exaltado,  arrebató la palabra para denunciar esa simulación:

 “La Procuraduría actúa como tribunal e interviene para juzgar si hay elementos o no de consignación, que es uno de los problemas graves de la estructura de nuestro sistema jurídico, por medio de los cuales el juicio sobre los actos cometidos contra una u otra persona, queda no a juicio del Poder Judicial, no a juicio de los jueces, no a juicio de los juzgados, sino a juicio de una dependencia del Poder Ejecutivo. Para nosotros ese papel tiene el valor del papel en que está escrito”.

Gerardo Unzueta aludió entonces al trabajador de Pemex que denunció a Romero Deschamps por secuestro, una práctica sistemática del líder petrolero a lo largo de cuatro décadas para anular a la disidencia sindical y ejercer el control sobre sus agremiados y sus cuotas. Narró lo sucedido:

Fue secuestrado casi a las puertas de la Refinería, su mujer fue sacada del auto de los cabello

“Francisco Ávila hizo una inocente declaración al periódico Ovaciones, a un periodista que se le ocurrió pararse a las puertas de la Refinería; una tímida declaración en la que él simplemente decía que él no era partidario del señor Deschamps, y que el señor Deschamps no tenía partidarios en la Refinería; eso es todo, esa fue la declaración que hizo Ávila Pérez. Y al día siguiente fue secuestrado casi a las puertas de la Refinería, su mujer fue sacada del auto de los cabellos; así fue, señores, sería deseable que nunca ocurriera a la familia de ustedes, a algún familiar de ustedes, un hecho de ese carácter; ¡ojalá!”

Por qué no se ha llamado a comparecer ante el pleno al denunciante, criticó Unzueta: “se debía escuchar a Francisco Ávila Pérez y no atenerse al papelito, o al papelote, que ha hecho la Procuraduría del Distrito Federal. Yo creo que aquí va a ser aprobado el dictamen en favor de Romero Deschamps. Y no habremos escuchado a quien fue agredido”.

Antes de calificar la elección del polémico líder petrolero, el panista Gerardo Medina agotó, resignado, sus tres minutos restantes: “Resulta inútil el acopio de datos, señalar el empadronamiento falso, fraudulento, ilegal, de gentes de la Refinería de Tula en el padrón del Distrito Electoral 28. Todo resulta inútil”.

Después la Comisión Dictaminadora avaló con 55 votos a favor, sólo 23 en contra, la elegibilidad de Romero Deschamps, con lo que adquirió fuero y comenzó su imparable carrera política y sindical que le ha permitido ser tres veces diputado y dos veces senador hasta 2018.

***

El 27 de agosto de 1979, en la Cámara de Diputados, debutó Carlos Antonio Romero Deschamps como líder petrolero y diputado federal, en una farsa que le ha otorgado inmunidad y manga ancha para saquear a Pemex durante 40 años.
Ese día, los oficios entregados a la Cámara Baja por la Procuraduría General de Justicia del D.F. bautizaron el contubernio entre el poder político y sindical de PEMEX, la empresa sostén y fuente de ingresos de México: “no se reúnen los elementos probatorios necesarios para el ejercicio de la acción penal”.

El reloj Audemars Piguet Royal Oak de 40 mil dólares que usa Romero Deschamps marca la hora y el tiempo transcurridos desde entonces: José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña y ahora Andrés Manuel López Obrador. Todos le dieron inmunidad.

Cayó el PRI, se levantó y volvió a caer, pero durante cuatro décadas contra el líder petrolero “no hubo elementos probatorios para el ejercicio penal”.

El robo de combustible en Pemex, que según López Obrador implicaba el desvío diario de casi mil pipas con gasolina, dejaba pérdidas de 64 mil millones de pesos al año a la ahora empresa productiva del Estado.

En enero de 2019, Romero Deschamps presentó un amparo contra cualquier detención derivada del combate al robo de hidrocarburos, pero le fue negado. López Obrador ha sido ambiguo sobre las cuentas pendientes del líder petrolero porque “no hay denuncias”. La postura del Presidente es similar al “no hay delito qué perseguir” de 1979, aunque ha asegurado que serán castigados todos los responsables del “huachicoleo”, redefinido por él como el acto de saquear los bienes públicos del país.

La pregunta es si el Presidente, en medio de su cruzada contra el robo de gasolina, cambiará por fin ese guion de nuestra historia sobre uno de los responsables de la ordeña a Pemex y que, por su histórica posición superpoderosa y emblemática en la entonces paraestatal, se convierte en “el primer huachicolero de la República” pero “sin proceso penal pendiente”.

Una carrera entre millones, lujos e impunidad 

Carlos Antonio Romero Deschamps (Tamaulipas, 1943) es impresentable. No hay manera de resumir con justicia su trayectoria que abarca todas las variantes de corrupción y saqueo en torno a Pemex. Desvío de cuotas sindicales para campañas políticas -incluidos 500 millones de pesos para Francisco Labastida en el llamado Pemexgate-, desaparición de fideicomisos, extorsión, secuestro, amenazas, adquisición de yates, vehículos millonarios, bienes y activos en Estados Unidos, Dubai y México. Siempre rodeado de un aura de lujo y riqueza familiar que alcanza a sus hijos -capaces de viajar por el mundo en jet privado- y que ha escandalizado a la sociedad mexicana.

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