Michoacán: "Padre Pistolas", el sacerdote que pide a pobladores armarse ante inseguridad
El padre Alfredo Gallegos es conocido por sus sermones y siempre cargar con un revólver
Incluso para un estado asediado por la violencia como Michoacán, en México, resultó sorpresivo ver a un sacerdote pidiendo durante uno de sus controvertidos sermones a los feligreses que se armaran para protegerse de los grupos criminales.
"Llegan los sicarios, se llevan los animales, se cogen a tu vieja, a tu hija y tú te apendejas. Pues hazte de un arma; vaya a la chingada el gobierno"
"Llegan los sicarios, se llevan los animales, se cogen a tu vieja, a tu hija y tú te apendejas", dijo en su sermón el padre Alfredo Gallegos. "Pues hazte de un arma; vaya a la chingada el gobierno". "Hay que defender nuestras vidas", agregó.
Gallegos, conocido como el "Padre Pistolas" por su costumbre de cargar un revólver, recibió apoyo de algunos clérigos católicos este viernes ante la violenta situación que se vive en Michoacán, a merced de grupos del crimen organizado.
El padre Gregorio López, un sacerdote conocido por usar un chaleco antibalas mientras celebra misa, ha pasado los últimos años dirigiendo albergues para personas que huyeron de sus casas debido a la violencia. También ha intentado ayudar a que residentes de Michoacán obtengan asilo en Estados Unidos.
López dijo que el sermón de Gallegos es "el grito del pueblo".
"Está queriendo ser voz del pueblo, que es el sentir de la comunidad, que debe armarse", manifestó López, quien fue una especie de consejero espiritual para algunos grupos de autodefensa en 2014.
"Está queriendo ser voz del pueblo, que es el sentir de la comunidad, que debe armarse"
El padre Gilberto Vergara, quien tiene una parroquia en Aguililla, fue más cauteloso. "Eso de que los civiles tomen armas no acaba bien", aseguró.
Aun así, fue prudente sobre el estilo de predicar de Gallegos. "Yo creo que para decir las cosas directas no habría que ser ofensivo, yo no me conduciría de esa manera, pero cada quien su forma".
En Michoacán, el tema está lejos de ser académico o teológico. El Ejército ha enviado a soldados al estado, pero sólo para servir como división entre los cárteles en disputa, intentando asegurarse de que ninguno invada el territorio del otro.
Sin embargo, los soldados prácticamente no hacen nada sobre las actividades ilícitas de los cárteles que suceden a unos cientos de metros de sus puestos de revisión.
Vergara ha criticado previamente la inactividad. "Y aquí lo más penoso es que el gobierno brilla por su ausencia, o se convierte en un espectador en una guerra que ha dejado tanta muerte, tantos autos, tantos destrozos", dijo al hablar sobre la frustración de las personas con el Ejército.
JM