"La Guardia Nacional no es como nos la pintaron"
El investigador de la organización Causa en Común, Raúl Rosales Ochoa critica la falta de información pública y confiable que hay sobre esa corporación
Pese a que la pandemia por el coronavirus no ha dado tregua, otros de los problemas a los que enfrenta México desde años atrás son la violencia y la delincuencia.
Para el investigador de la organización Causa en Común, Raúl Rosales Ochoa, el nulo avance en el combate a la inseguridad se ha debido, principalmente, a que el Gobierno federal no ha apostado por una verdadera estrategia que dé resultados, más allá de la llegada de la Guardia Nacional a las calles, que además se suma la falta y desaparición de recursos fundamentales para la atención de la seguridad.
Además de esto, si bien existen opciones que pueden ayudar a fortalecer a las policías de México, y con ello, mejorar desde la prevención, 2021 se visualiza complicado por la inseguridad, pues, al ser un año electoral, se advierte que las autoridades prestarán más atención al discurso político “de contraste” que al refuerzo de las estrategias de seguridad y de sus corporaciones policiacas.
— ¿Cuál es el panorama general en el que se encuentra México en cuestión de seguridad, a casi dos años de la nueva administración del Gobierno federal?
Encontramos, desde Causa en Común, diversos problemas en torno al tema de la seguridad. Vemos que los asesinatos se mantienen en el mismo nivel, que la disminución es casi imperceptible porque la violencia no cesa. Observamos que actualmente no hay una verdadera estrategia de seguridad para erradicar la violencia más allá del despliegue de militares en las calles, lo cual, hemos visto, no es una solución viable para poner un alto a la violencia, no hay avances reales.
— ¿El Presidente ha cumplido en cuanto a los plazos que él mismo estableció en campaña, con lo prometido para disminuir la violencia y los homicidios?
Es complicado poder sustentar que se haya cumplido con lo prometido en campaña, por ejemplo, que la violencia disminuiría en sus primeros seis meses de Gobierno, ya que no hay certidumbre en los datos. Aunque se dice que a casi dos años hay una mejoría y que los homicidios dolosos se han desacelerado, la tasa de homicidios se mantuvo a su nivel más alto en 2019 con 29 crímenes de este tipo por cada 100 mil habitantes, de acuerdo con el Inegi. Seguimos con una tasa muy alta. Esto no representa una afirmación a que realmente hayan bajado.
— A poco más de un año de la conformación de la Guardia Nacional, ¿cuáles son los aciertos y las fallas de esta nueva corporación?
Seguimos todavía sin tener información pública y confiable sobre la operación de la Guardia Nacional. Las autoridades federales han puesto muchos frenos para que éstas sean dadas a conocer y, lamentablemente, lo que no se puede medir no se puede analizar. La poca información que hemos conseguido desde la organización es a través de los pocos informes que ha dado el Gobierno federal y la situación no ha cambiado. Hemos encontrado que la Guardia Nacional no es como nos la pintaron. Que esta corporación, anunciada como civil, sigue siendo una extensión de las fuerzas armadas. Que lamentablemente nos quitaron una corporación civil, como sí lo era la Policía Federal, aun con sus fallas, para dar paso a la militarización.
— ¿Cuál ha sido la importancia que se ha dado a las policías municipales, sobre todo con la desaparición del apoyo federal conocido como Fortaseg?
Se percibe que no ha habido una atención y preocupación verdaderas por los policías locales, quienes son de una relevancia fundamental para la ciudadanía, pues son ellos el primer contacto con la gente. Lo anterior se ve fundamentado, primero, en la reducción que se tuvo para este y el año pasado del presupuesto para el Fortalecimiento de la Seguridad, el Fortaseg, el cual, acabamos de ver, ya fue desaparecido. Este presupuesto era de gran importancia para estas policías y para su desarrollo, pues era utilizado para la compra de equipo, vehículos y capacitación de las corporaciones locales, que muy difícilmente podrán adquirirse solo con recursos estatales o municipales.
— ¿Cómo afecta esto en la impartición de justicia a través del nuevo sistema?
Lo anterior afecta también a la forma en la que históricamente se ha impartido justicia, porque además no se le da al policía la importancia que debería tener en estos procesos jurídicos, cuando son ellos, en la mayoría de las ocasiones, los primeros respondientes cuando se comete un ilícito. Se ha insistido en impulsar una reforma que haga efectivo el Nuevo Sistema de Justicia Penal, donde los policías sean los protagonistas.
— ¿En qué deben centrarse el Presidente y los gobernantes locales para enderezar el rumbo de la seguridad nacional?
Se hizo, en la organización, un análisis del programa sectorial de seguridad, y vemos que la respuesta no está ahí, porque ni siquiera hay una verdadera estrategia. El Presidente se ha enfocado meramente a cuestiones políticas que no tienen nada que ver con la seguridad. Necesitamos una política real que se enfoque en las policías, en la prevención, en la proximidad social, en la fuerza civil, que, como comentábamos, es el primer contacto con la ciudadanía. En estos casi dos años hemos visto que desplegar militares en las calles no ha sido la respuesta y las tasas se mantienen. Todavía es tiempo de cambiar el rumbo. La situación podría ser otra con una política efectiva, pues actualmente y además de todo esto, han ignorado a las víctimas, disminuyendo también el presupuesto para su atención. La gente, su vida, su patrimonio, eso es lo más importante.
GC