México

La vida está loca por mí

La próxima semana, los jesuitas de México continuarán con las conferencias y actividades culturales del Homenaje a Jorge Manzano

Durante la próxima semana, los jesuitas de México continuarán con la serie de conferencias y actividades culturales en el marco del Homenaje a Jorge Manzano, SJ: a diez años del último viaje, que se llevan a cabo en tres sedes: Casa Loyola, el Museo de la Ciudad de Guadalajara y el teatro Vivian Blumenthal.

Jorge Manzano, SJ (1930-2013), jesuita, profesor y filósofo de vocación humanista, transmitía una particular forma de concebir el cosmos más allá de visiones pragmáticas, reduccionismos o intereses utilitarios y exaltaba la importancia de ideales como lo bueno, lo bello, la verdad, la libertad y la justicia. Esta concepción humanista del mundo representa un desafío a la lectura lineal o unívoca de los acontecimientos y plantea la posibilidad de leer la vida humana como si se tratara de un caligrama y no de un texto a renglón seguido; un desafío a las versiones definitivas y los caminos de un solo sentido que invita a empuñar el estilete para bosquejar nuevos diseños de las vidas desdibujadas.

Al experimentar la vida en aspectos no convencionales, Jorge lo hacía con la intención de encontrar una expresión mayor de lo humano en su esencia más profunda, como reflejo de un corazón ardiente capaz de embellecer y dignificar lo ordinario. Esta fuga del convencionalismo revela un humanismo no aséptico que no teme a los laberintos de la duda, el desprestigio o la derrota ni al riego que implica tomar partido por las causas “perdidas”, por comulgar con otros credos o por dignificar la vida de los hijos pródigos. 

Este homenaje es una pequeña rendija que nos acerca a la visión humanista con la que Jorge selló su ministerio y marcó los corazones de feligreses, compañeros y personas que participaron de su enseñanza, su riqueza cultural, artística, religiosa y cósmica.

Montado en el brioso caballo de San Jorge, el maestro Manzano fue un combatiente de dragones, de bestias devastadoras, endriagos malévolos, engendros de la insensatez y la intolerancia, larvas de corrupción y leyes monstruosas que habitan en bosques oscuros. En sus batallas cotidianas toman sentido las palabras de Chesterton cuando afirma que “los cuentos de hadas son bien ciertos, no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que podemos vencerlos”.

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