México

¿Cuál es el origen de la palabra "güey" que usamos en México?

“¿Qué onda güey? ¿Cómo estás, güey? ¿Qué me ves, güey?” Estas son frases del día a día del mexicano. ¿Pero de dónde viene la palabra “güey”?

El español se adapta a la tierra en la que se habla. Es una metamorfosis de todos los días, algo estructurado que, no obstante, en la práctica de la vida carece de reglas. Cada región, ciudad, pueblo y comunidad tiene su visión particular de comprender la realidad circundante, y a su vez, el idioma es su herramienta con el cual nos damos a entender los unos a los otros en el mundo. 

México tiene un español característico que se vuelve único dependiendo del contexto geográfico. No es el mismo español de Monterrey al de Yucatán, ni tampoco el mismo español de Ciudad de México, que el que se habla en Chiapas. Un español lleno de variantes y matices, de significados únicos, y de diversidades en ocasiones incomprensibles. Hay, incluso, una palabra para describirlo: mexicanismos. Que, según el Diccionario de la Real Academia Española, significa: Palabra o uso propios del español hablado en México.

El español de México es tan rico, que se ha creado la palabra "mexicanismos" para referirse a términos exclusivos de nuestro país. NTX/ ARCHIVO

Ni siquiera dentro de una misma ciudad el español es el mismo, pues se diversifica en universos únicos que responden a la cultura, a la sociedad y al tiempo, a los vínculos, y al amor. No obstante, una palabra que está presente en todo México sin importar la región, ciudad o clase social, es la palabra "güey". Se escucha en grupos de jóvenes, en adultos, en mujeres de todas las edades, en niños de primaria. No discrimina, se salta los convencionalismos, es algo que todos entendemos, un absoluto: qué onda güey, cómo estás güey, qué pedo güey, ay güey.

Con "güey" uno se refiere al amigo, a la amiga, al desconocido. El "güey" se salta a los pronombres personales, no considera las reglas de la sintaxis. La palabra sustituye al nombre. El "güey" no discrimina en género, clase ni orientación sexual, se aplica tanto a hombres como mujeres, a niños y adultos, es un resultado de la confianza, o incluso puede ser utilizado como ofensa. 

Es común escuchar la palabra "güey", incluso entre los más pequeños. EL INFORMADOR/ ARCHIVO 

Todo depende del contexto. Güey es un insulto, un sinónimo de "tonto". Puede ser el inicio de un conflicto: "¿qué me ves, güey?". Es una palabra cariñosa, "te quiero güey, cómo te ha ido güey", es una burla que, al mismo tiempo, puede ser tanto de camaradería, como de descrédito: "estás bien güey, estoy bien güey". Es una frase para conversaciones difíciles, para rendir cuentas: "no te hagas güey". También es una expresión de sorpresa, de miedo, de coraje, de todo: "ay, güey".

¿Pero de dónde viene esta palabra? La Real Academia Española lo define como una variante de la palabra "buey". Según lo explica Georgina Barraza, lingüista de la Universidad Autónoma de México (UNAM) en el Diccionario Mexicano de la Lengua, "Güey viene de buey, del toro manso y castrado. Del animal de carga que con paso lento araba el campo y torpemente vivía su mansedumbre en el lado opuesto del toro bravo. De tanto llamar "buey" a alguien para criticarlo por su torpeza y su falta de inteligencia, la palabra empezó a sufrir modificaciones que también viven otras voces como 'abuelo' o 'bueno' y que acaban convertidas en agüelo y güeno", asegura la académica.

La palabra "güey" es común entre la juventud, es señal de amistad y camaradería, de confianza. Al mismo tiempo, es informal, impersonal, e incluso un insulto. EL INFORMADOR/ ARCHIVO 

Según la experta, en un principio "güey" era una palabra despectiva, asociada a "un bajo nivel cultural", y a contextos populares de "bajo nivel social" como "albañiles, presos, pobres". La primera vez que apareció en la literatura, fue en 1958, en La región más transparente, de Carlos Fuentes. También lo hizo en El apando, de José Revueltas, en 1969. La lingüista de la UNAM considera que, para que esta palabra haya aparecido en estas novelas, al menos debía contar "con tres generaciones de uso para que fuera lo suficientemente extendida y lexicalizada", por lo que puede tener origen a finales del siglo XIX, o principios del XX.

Hoy en día ya nada tiene que ver con esta concepción inicial: "güey" se usa en todo México, nacido de la familiaridad, del vínculo, de la confianza, y se aplica para cualquier contexto, sea positivo o negativo, sea peyorativo o bondadoso. Incluso el güey ha cambiado para las nuevas generaciones, que lo han reducido al "wey". "¿Cómo estás wey? ¿Qué me ves wey? ¿Qué vamos a hacer al rato? Caile a mi cantón, wey".

El español de México es único. EL INFORMADOR/ ARCHIVO

Con información de la Real Academia Española y Diccionario Mexicano de la Lengua 

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