Críticas a la OEA y la presencia de Maduro marcan la cumbre CELAC
En la reunión, se formularon exigencias a que Estados Unidos cambie su relación con la región
Líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) celebraron este sábado una rápida cumbre en México, en la que se formularon exigencias a que Estados Unidos cambie su relación con la región, críticas a la OEA y cuestionamientos a la presencia del mandatario venezolano Nicolás Maduro en la cita.
En la apertura, el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) exigió a Estados Unidos el fin de las políticas de embargo y una "nueva y vigorosa relación entre los pueblos de América".
"Me parece que es tiempo de sustituir la política de bloqueos y malos tratos por la opción de respetarnos, caminar juntos y asociarnos por el bien de América sin vulnerar las soberanías", afirmó AMLO.
Dirigiéndose a su par Joe Biden, AMLO dijo que su par estadounidense lograría el apoyo del Congreso de Estados Unidos si destina recursos en beneficio de los pueblos de la región para reducir la desigualdad y la violencia que aseguró son las causas del creciente flujo de migratorios que ha generado dolores de cabeza en los últimos meses a Washington.
Los planes para combatir la pandemia del coronavirus, el cambio climático, las dificultades económicas y la defensa a la democracia y los derechos humanos dominaron la agenda de debates, así como las críticas directas a la participación de Maduro en la cumbre y el papel de la Organización de Estados Americanos.
El canciller Marcelo Ebrard anunció al final de los debates que con el apoyo 18 de los 32 miembros se "instituyó la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio", se conformó un fondo para hacer frente a los efectos del cambio climático en la región que tendrá 15 millones de dólares para activarlo y se aprobaron los lineamientos y propuestas para un plan de autosuficiencia sanitaria para acelerar el acceso a las vacunas contra el coronavirus.
Sin embargo, el debate de los líderes se acaloró más que todo cuando algunos jefes de Estado cuestionaron frontalmente a Nicolás Maduro, quien arribó sorpresivamente la noche del viernes a la Ciudad de México acompañado de su esposa Cilia Flores y su hijo Nicolás Maduro Guerra luego que se había anunciado que no vendría a la cumbre y que sería representado por la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
Tras su reelección en el 2018, el presidente venezolano redujo sus giras al exterior y sólo viajó en el 2019 a Rusia. Además, desde que Estados Unidos presentó en marzo del año pasado cargos contra Maduro y otros 13 altos funcionarios por narcotráfico y terrorismo, y se anunció que se ofrecería dinero en efectivo a cambio de información que llevara al arresto o condena del gobernante y sus allegados, incluyendo recompensas de hasta 15 millones de dólares, no se le conocía de alguna salida oficial.
La reelección en el 2018 del gobernante venezolano no fue reconocida por Estados Unidos, la mayoría de países latinoamericanos y la Unión Europea que alegaron que el proceso de votación se realizó sin cumplir los mínimos estándares democráticos.
"Mi presencia en esta cumbre en ningún sentido ni circunstancia representa un reconocimiento al gobierno del señor Nicolás Maduro. No hay ningún cambio de postura de mi gobierno, y creo que es de caballeros decirlo de frente", dijo el presidente del Paraguay, Mario Abdo Benítez, al mirar al mandatario venezolano que estaba sentado en uno de los extremos de la sala.
"No hay otro camino que no sea la democracia", expresó Abdo Benítez. Agregó que el respeto a la democracia no sólo se da en las urnas sino en el ejercicio del poder, sin la manipulación de la justicia ni la persecución a los opositores.
A los planteamientos de Abdo Benítez se sumó su homólogo uruguayo, Luis Lacalle Pou, quien cuestionó directamente a Venezuela, Cuba y Nicaragua, señalando que no se podía ser complaciente cuando no hay democracia plena, separación de poderes y se utiliza los aparatos del Estado para reprimir a los disidentes y encarcelar a los opositores.
Al responder a los cuestionamientos, Maduro afirmó que "debemos pasar la página del divisionismo que se insertó en América Latina, del acoso a la revolución bolivariana y ahora del acoso incesante de la revolución cubana y de la revolución nicaragüense. Ese no es el camino".
El mandatario sudamericano sostuvo, citando a su mentor el fallecido Hugo Chávez, que "la política internacional debe estar al servicio del derecho internacional, de los grandes intereses de la comunidad, de la región".
Maduro pidió apoyo a todos los países de América Latina y el Caribe para seguir adelante con los diálogos que mantiene su gobierno con la oposición venezolana bajo la mediación de Noruega, e invitó a sus colegas de la CELAC a que vayan a observar las elecciones de noviembre para "que vean al 'dictador' Maduro cómo convoca la elección número 29".
"Venezuela está lista para debatir sobre democracia… con respeto, sin exclusiones", expresó el gobernante e invitó a Abdo Benítez y Lacalle Pou a un debate sobre la democracia.
El presidente cubano Miguel Díaz-Canel también tuvo un intercambio de palabras con Lacalle Pou a quien señaló de desconocer la realidad de Cuba y defendió el coraje del pueblo de la isla para enfrentar por seis décadas el embargo comercial de Estados Unidos.
"Si hay algo que es cierto: en mi país por suerte la oposición puede juntar firmas y tiene resortes democráticos para quejarse", dijo el mandatario uruguayo al responderle a Díaz-Canel y le citó algunas estrofas de la canción de protesta "Patria y vida".
Los cuestionamientos a la OEA también estuvieron presentes. El primero en levantar la voz contra el organismo hemisférico fue el presidente de Bolivia, Luis Arce, quien afirmó que "en vez de actuar bajo los mandatos de la Carta Democrática, actúa en contra de los principios de la democracia", y sostuvo que "su creciente injerencia en los asuntos de los estados no contribuye a la solución pacifica de las controversias".
Arce instó a los miembros del bloque al fortalecer la CELAC para enfrentar las deficiencias de la OEA.
AMLO se ha manifestado a favor de una transformación de la OEA, mientras que su canciller Ebrard ha sido más fuerte planteando, incluso, que ya es hora de decirle "adiós OEA en su sentido intervencionista, injerencista y hegemonista y que venga otra organización que construyamos políticamente en acuerdo con Estados Unidos".
Desde su creación, en el 2010, en el CELAC se han promovido iniciativas para tratar de reformar a la OEA, pero ninguna ha prosperado debido a la falta de consenso entre los 32 miembros del bloque.
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JM