Mujeres al poder
Claudia Sheinbaum es la más visible de todas, encabezando la Presidencia de la República
A partir de la más visible de todas, la presidenta electa Claudia Sheinbaum, en este año se rompen los paradigmas y se consolida la era de las mujeres en el poder en México. Y quienes más exigirán a las poderosas, son las mujeres mismas, afirman especialistas en Ciencias Políticas y Derechos Humanos.
Ayer, Ifigenia Martínez encabezó la primera sesión del Congreso de la Unión, como presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Con ese cargo, es la primera vez en la historia del país que las mujeres encabezarán los tres Poderes de la Unión.
Si bien Claudia Sheinbaum inicia la administración el próximo mes, actualmente Norma Piña Hernández lidera el Poder Judicial de la Federación (Suprema Corte de Justicia de la Nación y la Judicatura).
Alejandra Nuño, académica del ITESO, subraya que las mujeres con preparación llegaban a un momento en el que ya no podían subir más. Eso quedó atrás.
México atestigua el quiebre del “techo de cristal” este año
La República Mexicana enfrenta una etapa agitada de su historia reciente. En el primer cuarto del siglo XXI, se quebró el llamado “techo de cristal”. Las mujeres ocupan ahora los cargos más importantes y su presencia se extiende a todos los espacios de Gobierno, académicos, privados e institucionales. Desde la inminente Presidencia que encabezará Claudia Sheinbaum, pasando por la titularidad de la Cámara de Diputados en manos de Ifigenia Martínez, hasta el liderazgo femenino en la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Electoral Federal. La cuestión es la misma: ¿serán mejores los resultados?
Queda claro que la exigencia para ellas es mayor que para los varones. A las funcionarias que ocupan cargos públicos se les exige más y se les critica más. Existen antecedentes inmediatos, y el desempeño, por ejemplo, de la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, es calificado como lamentable.
Sin embargo, la llegada de Claudia Sheinbaum Pardo a la presidencia del país; de Ifigenia Martínez a la presidencia de la Cámara de Diputados; de las coordinadoras legislativas de Acción Nacional (PAN) Noemí Luna y Guadalupe Murguía; o la permanencia de Rosa Icela Rodríguez en la Secretaría de Gobernación, igual que Norma Piña en la Suprema Corte y Mónica Soto en el Tribunal Electoral Federal, por mencionar sólo algunos de los muchos espacios de poder ocupados por ellas, alimentan diversos análisis sobre lo que vendrá en el siguiente sexenio.
Alejandra Nuño, directora del Centro Universitario por la Dignidad y Justicia Francisco Suárez del ITESO, abogada especializada en Derechos Humanos, revisa la nueva etapa que se inaugura en el país:
“Desde hace mucho tiempo, las feministas y las mujeres organizadas hablaban de un techo de cristal. Las mujeres con preparación, trabajo y experiencia llegaban a un momento en el que ya no podían avanzar. Se había mencionado que tardarían hasta 100 años en romper ese techo de cristal, pero es una gran noticia (la llegada de las mexicanas al poder) porque con esto se reconoce su valía en cualquier puesto, dirección o presidencia de organismos en cualquier nivel federal o estatal”.
La doctora en Ciencia Política de la Universidad de Florencia, Italia, actualmente académica e investigadora en el ITESO, Azul Aguiar, también comparte su punto de vista:
“Enfrentamos ahora diferentes retos y el primero es la descalificación del trabajo que hacemos; siempre se han cuestionado mucho los errores que cometen las mujeres o las políticas que no avanzan, como si un hombre lo hiciera de manera diferente".
El maestro José Antonio Elvira de la Torre, catedrático de Ciencia Política en la UdeG y ex representante partidista en organismos electorales, apunta, en advertencia de la etapa recién inaugurada en la política mexicana: “Me parece que no hay condiciones equitativas para la participación de ambos en cargos públicos. En Jalisco, ya tuvimos la presencia de más mujeres en la Legislatura, pero eso no significó un cambio significativo en la manera de comportarse del Poder Legislativo o en las iniciativas planteadas.
A pesar de todo, cambio histórico
“La llegada de las mujeres al poder representa un cambio histórico en cómo habíamos hecho política en este país. Por primera vez estamos colocando en el centro a personas que antes no habían ocupado cargos políticos y que son igualmente capaces de desempeñarse bien o mal, al igual que los hombres. Es un cambio de paradigma en nuestra forma de hacer política y en ser más inclusivos con los diferentes grupos que integran nuestra sociedad, y que, en el caso de ellas, no son necesariamente una minoría”, describe así la doctora en Ciencia Política, Azul Aguiar, el momento histórico actual.
También destaca que, además de los cargos de alto nivel, habrá políticas que, por primera vez, serán coordinadoras de bancadas, lo que también representa un paso importante.
Entonces, apunta a la duda que tal vez se plantea en muchos: “Deberá evaluarse cuál será el impacto de todas estas representantes en cargos públicos y si podrán hacer una diferencia en la defensa de los derechos de las mujeres”.
El cambio se ha logrado. Ahora es el momento de impulsar los resultados.
Nuevas secretarias en el Gobierno
La maestra Alejandra Nuño destaca que no sólo hay más mujeres en cargos del Poder Ejecutivo, Legislativo o en los tribunales. Subraya que es trascendental que figuras como Rosa Icela Rodríguez sean convocadas para la Secretaría de Gobernación, o que Alicia Bárcena, Tatiana Clouthier y Citlalli Hernández estén en el futuro gabinete. También menciona a Rosaura Ruiz Gutiérrez como responsable de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
“Las mujeres, por justicia, paridad y preparación, podemos acceder a estos puestos, pero también es importante que podamos hacer cambios en problemas graves del país. Revisando el gabinete, encuentro que otras que inician nuevas secretarías (Citlalli Hernández y Rosaura Ruiz). Ellas estarán al mando de temas importantes en México: la igualdad sustantiva y la Ciencia y Tecnología, lo cual refleja el interés de la presidenta por un gabinete con una sólida formación académica.
“La columna vertebral del gabinete es la formación académica; el hecho de que lleguen las interantes preparadas nos beneficia a todos. El reto general, sin embargo, es cómo se ha atacado a la ministra Norma Piña y las denuncias de violencia política de género en elecciones. Ese será el principal reto para quienes presidirán cámaras, secretarías u organismos constitucionalmente autónomos”.
En este contexto, la defensora de los Derechos Humanos advierte sobre experiencias negativas.
“Lamentablemente, en algunas ocasiones han llegado funcionarias que han dejado mucho que desear. Veo a la titular de la CNDH y me entristece ver todo lo que dejó de hacer en cinco años de su gestión, y cómo llegó a su puesto en una elección muy cuestionada. Su llegada y actuación sirven de ejemplo de cómo también puede haber trabajadoras de Gobierno que no cumplen con las expectativas”.
La reforma y la paridad de género
Para el politólogo y (en su momento) político en activo José Antonio Elvira, el ascenso femenino a los cargos públicos marca el final de un ciclo que aún puede mejorarse. “Hace 10 o 15 años, la presencia femenina en cargos públicos era más bien una excepción. Había algunas funcionarias destacadas, sobre todo en partidos políticos, e incluso hubo algunas dirigentes. Luego, con el proceso de ampliación de la participación femenina, empezamos a ver más candidaturas femeninas, incluso antes de las reformas de paridad. Aunque ya se comenzó a aumentar el número de espacios disponibles, aún eran insuficientes”.
“A partir de la reforma de paridad que se aplicó en las elecciones de 2018, el número de ellas en cargos y al frente de instituciones ha aumentado considerablemente; se está normalizando la presencia femenina en esos espacios, lo cual es muy positivo”.
Esta crítica en el análisis tiene matices importantes. Cuestionado sobre las capacidades que las distinguen de los hombres en los espacios de poder, Elvira señala:
“Toda persona es diferente. Algunas tienen capacidades técnicas sobresalientes; otras destacan por su calidad humana y su habilidad para negociar políticamente”.
Elvira destaca que la capacidad técnica de ellas está cada vez más reconocida, aunque “aún existen excepciones graves, pero cada vez son menos. En los últimos años, es mucho más visible que la mayoría de quienes ocupan estos espacios están perfectamente capacitadas, a veces más que sus pares masculinos. Además, aportan perspectivas de género diferentes.
CT