Asesinato de sacerdotes en Chihuahua confronta a López Obrador y Calderón
López Obrador considera como "el colmo del cinismo y la hipocresía" que Calderón se atreviera a culpar a su gobierno por los asesinatos de los sacerdotes jesuitas
Por el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar en la Sierra de Chihuahua, el Presidente Andrés Manuel López Obrador y el exmandatario Felipe Calderón se confrontaron con declaraciones.
López Obrador consideró como "el colmo del cinismo y la hipocresía" que el expresidente Calderón se atreviera a culpar a su gobierno por los asesinatos de los sacerdotes jesuitas.
"Hasta Felipe Calderón se atreve a culparnos, en el colmo del cinismo y la hipocresía", criticó López Obrador en su conferencia "mañanera" de este miércoles en Palacio Nacional.
El Presidente López Obrador dijo que el crimen en la sierra de Chihuahua, que duele tanto, no surgió ahora, pues viene de tiempo atrás, cuando existía un contubernio completo entre las autoridades y la delincuencia.
"¿O el señor ("El Chueco", señalado del crimen) acaba de empezar su carrera delictiva? No, y seguramente fue tolerado. Y esto lo saben bien los jesuitas y lo saben bien los que viven en Urique, Chínipas, en Creel, en Batopilas, saben bien cómo se fue creando toda esta organización y el contubernio con autoridades", declaró López Obrador.
"Quien delinque sabe que le espera el abrazo y no el castigo": Calderón
Después del asesinato de los dos padres jesuitas en la comunidad de Cerocahui en Chihuahua, Calderón escribió este martes un mensaje en sus redes sociales:
"'¿Tocamos ya fondo? ¿Se olvidará este hecho sin precedentes en días por venir? ¿Prevalecerá la indiferencia de las autoridades o la sonrisa cómica y sardónica de AMLO cuando se presentan las masacres?' Ejecuciones de sacerdotes, frente a los ojos de Dios".
En otro mensaje escrito hoy miércoles, Felipe Calderón expresó que "el no enfrentar a la delincuencia implica dejar a las comunidades abandonadas a su suerte, en manos de los criminales, sin la fuerza del Estado que las proteja".
"En ese contexto se da el homicidio de los Jesuitas. Quien delinque sabe que le espera el abrazo y no el castigo", agregó.
OA