Chicatanas: las hormigas gigantes que salen con la lluvia y son comestibles
Es común verlas después de una noche de lluvia y no son una especie distinta de las hormigas que se ven durante el resto del año, sino sus reinas
Con las primeras lluvias fuertes de la temporada es común ver hormigas considerablemente más grandes de lo normal en parques, jardines y patios, algunas aladas, otras muchas muertas como si la lluvia o el viento las hubiera abatido. ¿Sabes qué son?
Se trata de las chicatanas, nombre dado a este tipo de insectos que no conforman una especie distinta de las hormigas comunes, sino sus futuras reinas y los machos que las fecundan.
Más específicamente son las reinas de las hormigas arrieras, de nombre científico Atta mexicana, que se distinguen de las obreras y las soldado por ser aladas y de mayor tamaño, en promedio 3 centímetros. Durante los meses secos se se mantienen dentro del hormiguero, pero una vez que la tierra ha sido reblandecida por la lluvia salen al vuelo nupcial.
De un hormiguero maduro pueden emerger entre 5 mi hembras y 10 mil machos, ambos alados, quienes tienen la función de reproducirse y continuar la especie, una tarea que las distingue de las obreras, que cortan las hojas y cultivan el hongo que alimenta a todos, y las soldado, que defienden el hormiguero. Los machos alados mueren poco después de la cópula, son esas hormigas aladas que pueden verse inertes en el piso después de una noche de lluvia. Las reinas perderán las alas, pero seguirán vivas, con la misión de formar un nuevo hormiguero.
Sólo entre 2 y 4 % de las miles de hembras que participan en el vuelo nupcial logran enterrarse e iniciar un nuevo hormiguero, cuya consolidación puede tardar hasta cuatro años.
En algunos estados del centro y sur de México, así como el norte de Guatemala las chicatanas forman parte de la cocina tradicional, son usadas como ingrediente de salsas, mole o pipián, además de ser consumidas como botana con limón y chile. Su valor nutricional es alto y su sabor se describe como ahumado y terroso; su precio, según reportes de internet, puede llegar a mil 500 pesos por kilo. La ingesta de las chicatanas data de la época prehispánica y se ha enumerado como uno de los factores de la rápida disminución de su población, aunque la principal responsabilidad está en la deforestación y el cambio climático.
El uso de insecticidas contra ellas es frecuente, pues para los productores de alimentos las hormigas arrieras son una plaga voraz: un hormiguero adulto puede necesitar hasta 150 kilos de hojas al día. Por otra parte, mientras en el campo las aves, murciélagos e insectos parásitos son sus depredadores naturales, en la ciudad no tiene depredadores, son las personas las que se ocupan en dispersar venenos sobre los hormigueros con la intención de proteger a los árboles y evitar daños en sus propiedades, ya que si el hormiguero se forma en las paredes o cimientos de una casa pueden debilitarla hasta crear daños estructurales.