Celebran desfile militar marcado entre luto y ausencia de personas
Sin el ambiente familiar de años anteriores, en el evento participaron 666 integrantes, 15 civiles, 82 vehículos, 54 aeronaves y 66 caballos
El desfile militar por el 210 Aniversario del Inicio de la Independencia de México estuvo marcado por el luto de las más de 71 mil víctimas de COVID-19 y por el reconocimiento a 58 médicos, enfermeras y personal de salud, que en la primera línea de atención, arriesgan su vida para enfrentar la pandemia.
Sin el ambiente familiar de años anteriores, sin porras ni sin aplausos a soldados y marinos, sin miradas de asombro de los pequeños y mayores ante el paso de las aeronaves, helicópteros y equipos ecuestres, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, también comandante supremo de las Fuerzas Armadas, encabezó este “mini desfile” en el que únicamente participaron 666 integrantes, 15 civiles, 82 vehículos, 54 aeronaves y 66 caballos.
Al mediodía, un elemento del Ejército ejecutó el toque de silencio, seguido de un minuto de silencio y un minuto de aplausos para quienes han muerto por el coronavirus.
Desde un templete frente a Palacio Nacional estaba el Presidente López Obrador, acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller; el presidente de la Corte, ministro Arturo Zaldívar; Dulce María Sauri, presidenta de la Cámara de Diputados; Eduardo Ramírez Aguilar, presidente del Senado; y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, aplaudieron sonoramente.
Uno de los momentos más solemnes fue cuando recibió la condecoración póstuma Miguel Hidalgo, grado collar, Sara Hernández Salazar, esposa del teniente de fragata y médico cirujano especialista en medicina familiar Luis Rey Calderón Leal.
El teniente de fragata prestó sus servicios en el Hospital Naval del Puerto de Veracruz y falleció el 2 de julio pasado. Siendo un gran compañero y ser humano, siempre estuvo dispuesto en la primera línea de batalla y "perdió la vida luchando contra el COVID y luchando por sus pacientes hasta el último día".
A diferencia del año pasado, en esta ocasión el Presidente, en su calidad de comandante supremo de las Fuerzas Armadas, no pasó revista al personal militar que se dispuso en el Zócalo.
El sonido de los motores de aeronaves militares se escuchaba a lo lejos, un equipo de paracaidistas se lanzaba en caída libre y en el cielo daban muestra de su destreza y habilidad para caer en la Plaza de la Constitución.
Así comenzó el "mini desfile" del 16 de septiembre marcado, por el luto de las víctimas de COVID-19, en un ambiente de tristeza y solemnidad que inundó el Zócalo, que tendrá que esperar mejores tiempos para honrar a los héroes de la patria.
JM