Soldados habrían disparado por una ''sospecha'' contra migrantes: CNDH
Un informe de la CNDH notificó que los cuatro soldados que abrieron fuego contra los migrantes asesinados en Nuevo Laredo el mes pasado, cometieron abuso de la fuerza
El organismo gubernamental de defensa de los derechos humanos en México informó que cuatro soldados abrieron fuego sin justificación contra una camioneta pickup en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo el mes pasado, matando a cinco hombres e hiriendo a otro.
El caso ocurrido el 26 de febrero ha sido remitido a los fiscales civiles y militares. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) normalmente da paso a otras autoridades cuando los casos van a juicio. Pero dado que aún no se han anunciado los cargos, la CNDH tomó la medida inusual de emitir un informe el martes por la noche que indica que cuatro de los 21 soldados que patrullaban esa mañana abrieron fuego.
El informe señaló que esos cuatro soldados habían cometido un abuso de la fuerza y violado los derechos de los hombres. Agregó que los soldados siguieron a la camioneta en las horas previas al amanecer basándose sólo en una "sospecha" y que no siguieron el procedimiento adecuado para atacar el vehículo.
"Sin que mediara amenaza real en contra de la vida de las personas servidoras públicas o de terceros, mientras le daban seguimiento al vehículo particular, sin emitir previamente comandos de voz (para que el vehículo se detuviera), un elemento militar accionó su arma de fuego a la parte trasera del vehículo particular, acción que replicaron tres elementos más para dar apoyo al primer tirador", según el comunicado.
Poco después de los disparos, la Secretaría de la Defensa (Sedena) confirmó que los soldados abrieron fuego contra la camioneta. Aseguró que estaba cooperando con los fiscales civiles que investigaban las muertes.
La Sedena dijo que los soldados escucharon disparos y se acercaron a una camioneta sin placas ni luces en las horas previas al amanecer.
"Oyeron disparos de armas de fuego, poniéndose en alerta, avanzando a la dirección donde se escucharon; posteriormente, visualizaron un vehículo tipo pick up con siete individuos a bordo, quienes se trasladaban a exceso de velocidad con las luces apagadas y sin placas, cuyos integrantes, al observar la presencia de las tropas, aceleraron velocidad de manera intempestiva y evasiva, deteniendo su marcha al impactarse después con un vehículo que estaba estacionado".
Los soldados dijeron que cuando escucharon el choque, abrieron fuego. El ejército no dijo si los soldados creían que el ruido era un disparo.
Según los informes sobre el lugar de los hechos, no hubo indicios de que se hayan encontrado armas en el vehículo después de los disparos, y la comisión de derechos humanos dijo que no había evidencia de disparos contra la patrulla del ejército.
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La CNDH consideró que "el uso de la fuerza aplicado por los elementos de la Sedena, no fue gradual, ni estuvo dirigido a fin legítimo", y que los siete civiles tiroteados en el hecho "fueron víctimas de un uso excesivo de la fuerza a través del uso ilegítimo de armas de fuego". La CNDH recomendó que el caso se lleve a juicio y se repare a las familias de las víctimas.
Fabiola Sánchez en Ciudad de México contribuyó a este despacho.
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