Cumbre López Obrador-Biden inicia con conversación en La Bestia
Los presidentes de México y EU tuvieron una hora para hablar en privado después de que López Obrador recibió a Biden al pie de pista
Este lunes 9 de enero, la vista del presidente de Estados Unidos a México para participar en la cumbre de los líderes de Norte América comenzó con una decisión diplomática -la elección del aeropuerto donde aterrizar- y una conversación privada entre los mandatarios a bordo de la "Bestia", el automóvil blindado del jefe de la Casa Blanca.
Los mandatarios tuvieron una hora para hablar en privado después de que el mexicano Andrés Manuel López Obrador recibió a Joe Biden al pie de pista junto con el canciller Marcelo Ebrard y los embajadores de ambos países.
Biden aterrizó en México el domingo por la noche y lo hizo en el nuevo aeropuerto de la capital mexicana, el Felipe Ángeles, uno de los proyectos insignia del mexicano, construido y gestionado por militares. El lugar fue inaugurado el año pasado con bombos y platillos aunque se encuentra a más de una hora en automóvil del centro de la ciudad, tiene pocos vuelos y hasta hace poco no contaba con agua potable constante.
La relación entre Biden y López Obrador es correcta, pero muy protocolar y carece de la calidez y camaradería que Biden tiene con otros líderes mundiales. Los presidentes se estrecharon la mano y caminaron juntos por una larga alfombra roja sobre la pista flanqueados por soldados.
Luego se subieron a la "Bestia" para cruzar la Ciudad de México hasta al lugar donde pernoctaría Biden. Esa conversación fue el primer contacto privado y directo de los mandatarios, dos políticos que necesitan entenderse, pero que tienen distintas visiones y prioridades.
"Hablamos en muy buenos términos", dijo el mexicano en su conferencia mañanera de hoy. "Platicamos sobre temas que vamos a tratar en la reunión de hoy", agregó sin ocultar la curiosidad que le provocó estar dentro de la "Bestia", vehículo que el propio Biden le mostró cómo funciona apretando él mismo distintos botones.
Entre los asuntos abordados en el trayecto estuvo el tema de la migración y el desarrollo y la integración no sólo de América del Norte sino de todo el continente tanto en lo económico como en lo social.
"Que se logre la unión entre todos los países del continente americano, que podamos complementarnos, porque es el continente con más potencial, con más recursos", afirmó López Obrador.
Según el mandatario mexicano no se trató la reciente detención de Ovidio Guzmán, uno de los hijos del encarcelado narcotraficante Joaquín "Chapo" Guzmán, ex líder del Cártel de Sinaloa, aunque su captura fue vista por diversos analistas como un regalo previo a la visita, lo que el mexicano consideró una "falta de respeto" a quien llevaron a cabo la acción y los 10 militares que perdieron la vida.
Junto con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que llegará el lunes, Biden y López Obrador pasarán los próximos dos días discutiendo sobre migración, cambio climático, manufactura, comercio, economía y la potencial influencia global de una América del Norte más colaborativa.
"Esta reunión profundizará nuestra coordinación y fomentará nuestras prioridades compartidas para Norteamérica", tuiteó Biden.
Antes de la cumbre, Biden anunció un importante cambio en la política fronteriza entre Estados Unidos y México. Según el acuerdo, que contó con el beneplácito del gobierno mexicano,
México aceptó recibir cada mes a 30 mil cubanos, nicaragüenses, venezolanos y haitianos devueltos desde Estados Unidos y a cambio Washington ofrecerá cada mes visas temporales de trabajo al mismo número de personas de esas cuatro nacionalidades si cumplen con ciertos requisitos, como llegar en avión.
El domingo Biden pasó cuatro horas en El Paso, Texas, su primer viaje a la frontera como presidente y el mayor tiempo que ha estado en la frontera entre Estados Unidos y México. El itinerario del día estuvo altamente controlado y parecía diseñado para mostrar una operación sin complicaciones en el trámite para inmigrantes que ingresan con autorización legal, la erradicación del contrabando y el trato humano para quienes entran a Estados Unidos de forma irregular, ofreciendo un contra relato a las afirmaciones de los republicanos sobre una situación de crisis equivalente a una frontera abierta.
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