Tras muerte de la mamá de Tadeo, cae el primer implicado; faltan tres
El detenido, Luis Alfredo “N”, alias “El Sica”, fue el coordinador del ataque al autobús donde viajaban la joven madre y su hijo
Elementos de la Fiscalía General del Estado detuvieron a uno de los presuntos implicados en el homicidio del bebé Tadeo y su madre, Elizabeth, quienes iban en el camión al que el señalado y otros tres hombres prendieron fuego el 21 de mayo, en El Colli. El aprehendido fue localizado debido a sus antecedentes penales.
El fiscal general, Raúl Sánchez Jiménez, explicó que tras el hecho para distraer a las autoridades el día del atentado contra el exfiscal Luis Carlos Nájera, los investigadores descubrieron el nombre de uno de los presuntos implicados a quien apodan “El Sica”, quien, de acuerdo con el titular de la Fiscalía, era uno de los que prendió fuego al camión.
Ya con el nombre obtenido con la investigación se encontró que en las bases de datos de la dependencia había una persona con antecedentes penales con ese sobrenombre. “Un individuo de apodo ‘El Sica’ había sido detenido dentro de esta Fiscalía con anterioridad, como menor de edad y como adulto. Luego del cruce de datos en el registro encontramos una coincidencia con una persona de nombre Luis Alfredo ‘N’, alias ‘El Sica’, de 26 años, la misma investigación arrojó un homicidio en Zapopan”.
Con información de testimonios y de las bases de datos de la Fiscalía, se solicitó la orden de aprehensión y el sábado pasado atraparon a Luis Alfredo. “En la investigación se pudo establecer que ‘El Sica’ habría sido quien coordinó el operativo para prender fuego a esa unidad de transporte público”.
Sánchez Jiménez explicó que el detenido recibió órdenes de un líder del cártel Nueva Generación y condujo un vehículo hasta el lugar donde sus cómplices incendiaron el camión. La Fiscalía busca a los tres, pero ignora si huyeron del Estado o si viven.
Mañana se llevará a cabo la audiencia de vinculación a proceso de Luis Alfredo “N” por los delitos de homicidio calificado, lesiones calificadas, daño a las cosas y ataque a las vías de comunicación.
Flores y aplausos para el reencuentro de Elizabeth con Tadeo
La carroza fúnebre llegó al panteón de Santa Ana Tepetitlán a las cinco de la tarde. Decenas de amigos y familiares de Elizabeth de la Rosa la esperaban para despedirse de la joven madre, quien falleció el lunes por las quemaduras que delincuentes le causaron al incendiar el camión en el que iba con Tadeo, su bebé de ocho meses.
Aplausos. Eso recibió cuando el féretro salió del vehículo. Los presentes la acompañaron por el pasillo principal hasta llegar al punto donde fue sepultada. Yolanda, su madre, y Alexis, su esposo, fueron abrazados por sus allegados mientras ambos la lloraban. Elizabeth murió dos días antes de que se cumplieran tres meses del deceso de su hijo, quien no resistió las heridas de un atentado que iba dirigido al exsecretario del Trabajo, Luis Carlos Nájera.
Los sepultureros bajaron el ataúd con la imagen de una Virgen de Guadalupe. Y mientras el hueco era sellado, los presentes rezaron acompañados por una guitarra.
El cuerpo de Elizabeth bajó y segundos después globos rosas se elevaron al cielo. Alexis luchó por mantenerse de pie. Su familia lo apartó para que tomara aire en medio del llanto.
Los murmullos callaron cuando la tierra fue echada en el sepulcro. Algunos de los presentes colocaron ramilletes de tamaños y colores diversos hasta que el espacio quedó cubierto por una cama de flores. “Con cariño para Elizabeth” y “Siempre te recordaremos” quedaron como dedicatorias escritas en las cintas de las coronas.
“Se llevaron a mi hija”, repitió Yolanda una y otra vez. Alexis se acercó para abrazarla. Le hizo saber que todo estaría bien ahora.
La madre de Elizabeth salió del recinto acompañada por sus familiares y dos agentes de la Fiscalía del Estado, quienes la escoltaron desde el funeral. Alexis prefirió tomar otro camino; adentrarse a los pasillos que lo llevaron al punto que visitó tres meses atrás: el sepulcro de Tadeo, su hijo, quien ahora se encuentra muy cerca de su mamá.
Rubí Bobadilla