Tras ataque, suben pena por matar policías
El Congreso aprobó la reforma al Código Penal para castigar con hasta 70 años de cárcel a quienes asesinen elementos de seguridad
Horas después de que un grupo armado mató en Tonalá a Sergio Rivas, comandante de la Policía tapatía, y a Ramiro Alejandro Delgado, su escolta, el Congreso local aprobó por unanimidad la reforma al Código Penal para castigar con hasta 70 años de cárcel a quienes asesinen a personas que desarrollen funciones de seguridad pública, impartición o procuración de justicia. Esta sanción sólo se contemplaba en la Entidad para los casos de feminicidio.
Salvador Caro, legislador que presentó la iniciativa en septiembre de 2018 (luego del homicidio de cuatro elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Guadalajara), detalló que la medida sólo considera el endurecimiento de las penas y no incluye modificaciones en los apoyos a los familiares de los uniformados.
El ataque se registró alrededor de las 23:30 horas del martes en el Fraccionamiento Urbi Quinta. El comandante regresaba a su casa después de su jornada laboral.
Con Rivas y Delgado suman tres los agentes caídos en Jalisco en lo que va de 2019 (en 2018 fallecieron 24). El primero fue un miembro de la Policía zapopana que murió, a tiros, el pasado 20 de enero en la colonia Jardines del Valle. Estaba en su día de descanso.
La Policía de Guadalajara indicó que hasta el momento tres personas se encuentran bajo investigación. Agregó que fueron asegurados tres vehículos y una finca relacionados con la agresión; también dejó un oficial herido que fue reportado fuera de peligro.
Por otra parte, este mismo año tres exoficiales de Tonalá fueron “levantados” el mismo día que renunciaron a la corporación. Posteriormente fueron encontrados sin vida.
En la propuesta de Caro también se incluyeron cambios en el delito de desaparición forzada, cuyo castigo, si se comete en contra de un policía, aumentó hasta los 53 años de prisión.
Caen 8 policías tras agresiones cerca de sus domicilios o al acabar jornada
Al igual que el ataque en el que murieron Sergio Rivas, comandante de la Policía tapatía, y Ramiro Alejandro Delgado, su escolta, en los últimos dos años han fallecido ocho agentes en agresiones que se registraron al finalizar sus labores o cerca de sus casas.
De acuerdo con una búsqueda hemerográfica, uno de estos hechos ocurrió el 5 de diciembre en La Alcantarilla, en El Salto. Hombres armados dispararon contra el suboficial de la Comisaría municipal, Juan Manuel de Anda, cuando concluía su turno.
Otro se documentó el 17 de septiembre, en Villas Terranova, en Tlajomulco. La víctima fue el comandante de la Policía de esta demarcación, José Luis Zimbrón, cuando se dirigía a su hogar.
El día 10 de ese mismo mes un agente estatal fue ultimado afuera de su propiedad.
Una semana antes, el comandante de la Comisaría tapatía, Eduardo Plazola, fue asesinado, junto con tres escoltas, cuando abandonaba su hogar. Los hechos sucedieron en Loma Dorada, en Tonalá.
El 12 de julio de 2017, Esteban Flores, segundo al mando de la Policía de Tlaquepaque, murió tras ser agredido mientras circulaba por La Tijera, en Tlajomulco. El oficial iniciaba labores.