"Yo escuché cinco explosiones seguidas"; así vivieron el ataque habitantes de Tlajomulco
Habitantes de Tlajomulco narran la noche de horror vivida tras un ataque con explosivos que dejó seis muertos y varios heridos
Un olor a quemado inunda la zona centro de Tlajomulco. Las familias a lo largo de la calle Flaviano Ramos, y desde Abasolo, han salido a las calles a comentar lo ocurrido mientras presencian la pasarela de las unidades de emergencia y de seguridad.
Las y los vecinos platican sobre lo escuchado. “Se oyó que tronó bien fuerte”, “Yo escuché como cinco explosiones seguidas y ya luego se vio el fuego”, “Yo pensé que iba a llover, escuché el estruendo, vi la luz y dije 'que buena tormenta se viene', “Cuando subimos las señoras estaban bien asustadas, llore y llore” dicen las y los lugareños.
Para llegar al punto hay que “subir” derecho alrededor de un kilómetro, hasta donde la calle se ha convertido en una brecha sin luz. Las unidades de emergencia de los tres órdenes de Gobierno no dejan de pasar, son más de medio centenar las que se han dado cita en el punto.
De dos en dos, de tres en tres, camionetas de la Fiscalía Estatal, el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad del Estado, ambulancias de aquí y de allá van llegando al punto en medio de un canto de sirenas donde momentos antes al menos un artefacto explosivo detonó, cobrando la vida de seis personas en total, al menos tres de ellas, policías.
En el sitio no ha quedado nada de las camionetas, solo se aprecian algunas estructuras de metal de lo que fuera el eje. Las llamas poco a poco van bajando y dejan de iluminar el lugar, que ahora es aluzado por las torretas de las patrullas. Los militares no se hablan entre sí con las policías civiles, pero están ahí para hacer frente al resguardo, tratando de evitar un nuevo ataque a las autoridades.
“Mi esposo subió porque tiene un predio ahí arriba, y como supo que andaba la Fiscalía por lo de una fosa que encontraron fue a llevar sus papeles por si había sido en el terreno para no tener problemas. Ahí andaba enseñándolos cuando explotó. Dicen que un policía pisó algo y tronó. Mi esposo no me contesta el teléfono, no está en la Cruz Verde. Me dijo un conocido que andaba con él que lo vio con las tripas de fuera, pero no sé nada todavía”, dice una mujer quien espera preocupada en la cita de precaución que se ha colocado unos 200 metros abajo del sitio de la explosión para evitar el paso.
Se desconoce todavía si se trató de una mina terrestre o si en el sitio algún halcón aventó los explosivos deliberadamente. Sube un binomio canino detector de explosivos. La mujer logra subir a ver los cuerpos, pero ninguno es el de su esposo hasta ese momento. Sigue con la esperanza de que esté con vida, pero también sigue sin localizarlo.
Mientras tanto en la Cruz Verde, rodeada también por decenas de unidades de la Fiscalía Estatal y de las distintas policías, esperan las y los heridos, algunos a causa de las quemaduras y otros tantos, al parecer, por las esquirlas de los explosivos; hay al menos cuatro mujeres, un menor y más policías, incluso, aun con sus armas en mano.
La noche sigue creciendo y con ella la incertidumbre. No sería sino hasta esta mañana que la luz del día permitiera conocer que fueron al menos siete los artefactos “improvisados” que detonaron en el lugar cobrando la vida de las personas y oficiales quienes habían acudido al sitio ante una “llamada anónima” que les decía que en el lugar se encontraba una fosa clandestina. Así cierra un día más en el Jalisco donde las cifras oficiales aseguran que la inseguridad va a la baja, e inicia uno más donde los hechos “sin precedentes” se apoderan de la tranquilidad de las y los jaliscienses.
FS