Jalisco

“Queremos que lleguen a casa”

Los conductores olvidan que las "toritas" salvan vidas con los controles de alcoholemia 

Sus dedos pequeños juegan con la cinta amarilla; contrastan con la tinta negra que advierte “prohibido el paso”. La niña no tiene más de tres años. Su hermana tiene cinco o seis, come una paleta sentada en una silla para bebé que está en el suelo.

Sus ojos están llorosos. Junto a ella hay latas de leche en polvo, bolsas con ropa, toallitas húmedas, pañales, un gato para cambiar llantas, cables para pasar corriente y una llave de cruz.

“¿Sí vas a venir por mí?”, platica la madre por teléfono. “¡No va a venir tu mamá, ya le dije a Chuy; él es quien va a venir!”, grita enseguida hacia una zona en donde hay tres hombres sentados.

El padre de las niñas es uno de ellos. Está esposado a la silla. Sus pies inquietos no paran de golpear el suelo. Fue detenido por el operativo Salvando Vidas y pasará la noche en el Centro Urbano de Retención Vial por Alcoholimetría. Manejaba alcoholizado.

Son las doce la noche. Las niñas juegan con un guante de látex que simula un globo. Las “toritas” se lo dieron. Victoria, quien es parte del operativo, cuida de ellas.

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“Tranquila, ya viene tu mami. Está bajando unas cosas del carro”, le dice a una.

Para Victoria, el uniforme es una responsabilidad. “Mucha gente se queja de los operativos, nadie entiende su importancia. Queremos que regresen con su familia”.

No luce cansada. “Entiendo, como mamá, que una persona no puede arrancarle la vida a inocentes”. Mira hacia abajo, a una de las niñas, quien responde a su mirada.

En lo que va de la administración, el operativo Salvando Vidas ha detenido a cuatro mil 964 conductores que manejaban un vehículo con alcohol en su organismo.

Según Natalia, quien tiene tres años como “torita”, imágenes como la de las niñas al margen del área acordonada pasan cada noche. “La satisfacción que nos queda es que (el conductor alcoholizado) va a dormir en un lugar donde no hará daño”.

Las 15 toritas que esta noche están en el cruce de las avenidas Federalismo y Maestros esperan pacientes. Cada noche repiten alrededor de 800 veces el discurso: “Bienvenido al operativo Salvando Vidas. Apague el vehículo y encienda una luz interior. ¿Ha bebido alcohol esta noche?”.

“¿A dónde va señora, le pido un taxi?”, le pregunta una agente. “No, ahorita vienen por mi, voy para Tabachines”.

Las niñas juegan sobre la banqueta, ríen y las oficiales les devuelven el gesto. A las 12.37 de la noche llega “Chuy” y se van. Recorrerán ocho kilómetros hasta llegar a su casa, en donde al menos esta noche no dormirá su papá.

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