Jalisco

Lemus ofrece a grafiteros de Línea 3 intervenir panteón

De aceptar la invitación, “Drifo” y “Runek” se sumarían a los jóvenes que ya participan en el programa “Zapopan Rifa”

Tras el escándalo que provocó la pinta de dos vagones de la Línea 3 del Tren Ligero, intervenidos durante la madrugada del lunes por dos grafiteros, el alcalde de Zapopan, Pablo Lemus, informó que ya contactó a los responsables de esas “bombas” plasmadas con pintura en aerosol, para invitarlos al programa “Zapopan Rifa” e intervenir los muros del panteón Municipal.

“Evidentemente nosotros vamos a aportar todo el material, toda la pintura y demás, y vamos a dialogar con los vecinos para ver qué es lo que quieren en ese espacio”.

Anticipa que las bardas serán pintadas con temáticas tradicionales y de costumbres mexicanas, en conmemoración del Día de Muertos. De aceptar la invitación, “Drifo” y “Runek”, los dos grafiteros que el martes fueron obligados a despintar su grafiti, se sumarían a los jóvenes que ya participan en el programa “Zapopan Rifa”.

Grafiti y rap para rescatar juventudes

Después de que el Ayuntamiento de Zapopan realizó una evaluación en colonias en situación de riesgo, vandalismo y pandillerismo, la autoridad municipal emprendió, desde 2016, una estrategia que bautizó como “Zapopan Rifa”.

Daniela Díaz, directora del Instituto de la Juventud, explicó que su finalidad es dotar de herramientas a los jóvenes para canalizar sus talentos y aptitudes, y así motivar su desarrollo humano a través de las artes gráficas y el rap.

“Para que ellos sepan cómo hacer para lograr lo que quieren ser y lo que quieren hacer. El arte es un gran medio para canalizar emociones y descubrir aptitudes y opciones de vida”.

Además, los jóvenes tienen la oportunidad de participar en talleres y se les dota de espacios para intervenir con piezas de grafiti. El programa también brinda información sobre las industrias creativas.

El municipio ha logrado apoyar a mil 750 jóvenes de colonias como Miramar, Santa Ana Tepatitlán, San Juan de Ocotán, El Tizate y de la zona de Las Mesas, con una inversión de tres millones de pesos. Alrededor de 10 espacios han sido intervenidos con murales comunitarios y colectivos, como el que se encuentra en el paso a desnivel de Prolongación López Mateos Sur, que nombraron La Primavera.

Reducen las quejas por grafiti entre los tapatíos

A pesar de que los grafitis en la Línea 3 del Tren Ligero provocaron reacciones de repudio y rechazo en muchos tapatíos a través de las redes sociales, en la vida cotidiana estos actos les resultan poco problemáticos o conflictivos, según los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) con corte a septiembre de este año.

El censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revela que el grafiti ni siquiera figura entre los primeros cinco motivos o conductas que provocan más rechazo entre la gente que radica en la Zona Metropolitana de Guadalajara, desapareciendo como un tema de conflicto para los tapatíos, quienes sí consideran al ruido como su principal “enemigo”.

A nivel nacional, apenas a cuatro de cada 100 mexicanos les resulta conflictivo o molesto el grafiti o las pintas en edificios. Y en Guadalajara, la percepción negativa por estos actos decreció: de 11.6% en septiembre de 2016, a 3.8% en septiembre de 2017. Hace dos años eran 316 mil los tapatíos que se quejaban por bardas pintadas; el año pasado fueron 108 mil.

Lo que sí preocupa y molesta a los habitantes de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tlajomulco y Tonalá son los problemas con los vecinos. Según la ENSU, lo que más les genera conflictos, en orden decreciente, son las disputas por el ruido o la música a alto volumen, la basura tirada y la morosidad en el pago de cuotas vecinales.

En el nivel de incidencia sigue la falta de lugares de estacionamiento, conflictos con el transporte público o pleitos con personas alcoholizadas, drogadictos y pandillas.

“Las reacciones de la gente fueron violentas y de una manera exacerbada. No se aplaude el hecho del daño al Tren Ligero, pero la reacción sí fue desproporcionada, porque hay una carga de agresividad, intolerancia e ignorancia, cuando hay cosas que deberían indignarnos más y permanecemos indiferentes”, opinó al respecto Alberto Peredo, académico del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).

Para el también especialista en temas de grafiti y arte urbano, si bien este tipo de expresión puede considerarse un delito, “también es un síntoma de un problema con un fondo más sofisticado. El grafiti no es el problema en sí, sino la respuesta a problemas mucho más serios que vivimos en la sociedad”.

Y aunque les molesta menos, los habitantes de la metrópoli sí han atestiguado más actos vandálicos (grafiti entre ellos) en su zona de residencia, al aumentar de 47% a 58% la población que ha atestiguado un hecho de esas características en el último año.

Guadalajara es el municipio con mayor incidencia de vandalismo, ya que 814 mil tapatíos (64.5%), de un aproximado de 1.25 millones que habitan la ciudad, ha visto algún tipo de acto vandálico.

El día que “firmaron” al Degollado

La madrugada del 26 de junio de 2017, los pilares del Teatro Degollado fueron vandalizados, cada uno con una letra que, al leerse en conjunto, formaban la palabra “darkness”. Estas pintas fueron realizadas por dos adolescentes, quienes fueron detenidos por personal de la Policía municipal horas más tarde. Como ocurrió con los vagones de la Línea 3, las redes sociales también tronaron en su contra aquel día. Reparar el daño que causó esa acción costó 25 mil pesos. El entonces alcalde, Enrique Alfaro, incluso citó a los padres de los jóvenes a la Presidencia municipal para hablar con ellos.

 

Mínimas, detenciones por grafiti

A pesar de la repercusión mediática de eventos como el grafiti en la Línea 3 del Tren Ligero y las pintas en las columnas del Teatro Degollado el año pasado, los ayuntamientos de Zapopan y Guadalajara apenas registran 19 detenciones por realizar grafiti en casas y edificios, de acuerdo con datos concedidos por ambos municipios.

En el caso de Zapopan, únicamente han detenido a siete personas desde 2015: seis fueron por delito -entre ellos “Drifo” y “Runek”- y uno por falta administrativa. En el caso de los seis sancionados por delito, se informó que los arrestos se realizaron gracias a denuncias de afectados ante el Ministerio Público.

Por su parte, el Ayuntamiento de Guadalajara detuvo a 12 personas por grafitear, desde enero de 2017 y hasta abril de 2018 (último caso reportado). De acuerdo con la fracción 28 del Artículo 13 del Reglamento de Policía y Buen Gobierno, causar daño o afectación material o visual de bienes inmuebles es una falta administrativa cuya sanción va de cuatro mil a ocho mil pesos, o hasta 36 horas de arresto.

Según un reporte de la Policía de Guadalajara, el municipio cuenta con varios programas de apoyo a jóvenes para que éstos puedan desarrollar el grafiti como arte urbano en diversos escenarios. Por ejemplo, citaron a un grupo emanado del área de prevención del delito CIAT (Centros Integrales de Atención Ciudadana), que organiza talleres de música, arte, pintura y grafiti.

CRÓNICA

Para evitar los castigos que marca la ley, los infractores acordaron limpiar el vagón que ensuciaron. EL INFORMADOR/A. Camacho

Exhibidos ante cámaras y micrófonos

Rubí Bobadilla

Ya los esperaban. Alrededor de las 22:00 horas del martes, “Runek” y “Drifo” llegaron a la Estación Plaza Patria cuando ésta se hallaba repleta de cámaras y micrófonos. También estaban los vagones de la Línea 3 que ellos, afirmó la autoridad, grafitearon durante el lunes por la madrugada. El camino ya lo conocían. “Drifo” reconoció que él y su compañero usaron las escaleras sin mayor problema, aprovechando que no vieron a ningún elemento de seguridad.

La meta fue hacer visible su sobrenombre, pero no esperaban ser localizados en tiempo récord ni mucho menos que el Gobierno del Estado los obligara a limpiar frente a una decena de medios de comunicación. Todos transmitieron la limpieza; miles de personas los vieron hacerlo.

Tallaron los cristales con estopas empapadas con solvente, auxiliados por personal del Sistema de Tren Eléctrico Urbano (Siteur), quienes les cambiaban continuamente sus herramientas. “Runek” decidió tapar su rostro con el antebrazo, pero “Drifo” contestó a las miradas de los reporteros cuando se le mencionaba.

Fue él quien atendió algunas preguntas antes de que las autoridades impidieran que la prensa los entrevistara. Lo hizo en monosílabos y con sarcasmo.

Después de media hora de limpieza se les pidió regresar a la camioneta de la Fiscalía que los regresaría a su hogar. Antes de eso, “Drifo” alzó los brazos en señal de victoria, bajó corriendo las escaleras y entró al vehículo. Su tarea, precisó el personal de Siteur, no ha terminado allí. Garantizarán que el daño causado quede resarcido a totalidad. Ese fue el acuerdo.

LA VOZ DEL EXPERTO

Pintas clandestinas;  70 años historia

Alberto Peredo Pozos (académico del CUAAD)

El grafiti en Guadalajara no es novedad. Ha sido un fenómeno presente en todas las colonias de la ciudad desde la década de los cincuenta, gracias a influencias de las migraciones de Estados Unidos. Según el experto, iniciaron con murales simbólicos, como imágenes prehispánicas.

Las “bombas”, como se denomina a las pintas que se hicieron en el vagón de la Línea 3 del Tren Ligero, arrancaron más tarde: en la década de los ochenta.

“Luego de la popularización de películas como ‘The Warriors’ creció el grafiti hip-hop, que busca la conquista de espacios y la multiplicación de la firma en la mayor cantidad de zonas posibles”, comentó. 

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