Jalisco

Ismael ahora hace alebrijes tras sufrir daños en manos por robo

Destaca que siempre le gustaron las artes e incluso intentó ser músico, pero no se le dio

Ismael Ledezma era dueño de una tienda de discos en el Centro de Guadalajara. Hace tres años, cuando estaba a punto de cerrar, dos hombres lo amagaron para robarle. “Me pusieron la golpista de mi vida, me lanzaron descargas eléctricas. Se rompieron los nervios y los brazos perdieron la movilidad”, cuenta.

Por el daño causado, estuvo dos años viviendo en una casa de descanso debido a que no tenía movilidad en los brazos. Hace un año logró su objetivo que era volver a ser autosuficiente. “Durante dos años mis brazos estuvieron en un péndulo, nada más colgados, después por medio de la terapia empezaron a cobrar movimiento”.

Explica que hace 10 meses una amiga lo invitó a la Universidad Abierta No Formal para Adultos Mayores (UNI3), del Sistema DIF Jalisco, donde comenzó a tomar yoga y ejercicio. Aunque pensó que no iba poder hacer los alebrijes, afirma que los maestros lo apoyaron.

“A tal grado de que sin darme cuenta me puse a trabajar en los alebrijes hasta 8 horas consecutivas… el tiempo que se me pasaba porque estaba emocionalmente estable, ya no pensando en lo que me había pasado o en lo que no puedo hacer. Me ayudó psicológicamente y en la cuestión motora”.

Menciona que el hecho lo marcó porque tenía más de 20 años con esa tienda, ubicada en Avenida Hidalgo, a una cuadra de Federalismo. “Cuando me robaron, tenía unos 250 mil pesos en material, se llevaron lo que quisieron y me dieron por muerto. Doy gracias a Dios de que aquí estoy. Esto me ayudó psicológicamente para no estar pensando el por qué me pasó a mí, si no había hecho nada. Lo fui olvidando y me dediqué a aprovechar el tiempo que tenemos”.

Destaca que siempre le gustaron las artes e incluso intentó ser músico, pero no se le dio. “Todavía tengo que buscar la forma de cómo agarrar el pincel para lograr la pincelada. Con este ya van 12 trabajos que tengo, hago uno aproximadamente por mes”.

Indica que por fortuna tuvo la oportunidad de conocer el mundo, a que antes trabajó 15 años en la empresa Mexicana de Aviación. “Me dio oportunidad de conocer otros países y gente. Entonces, esta es otra etapa de mi vida, la cual estoy viviendo a gusto y contento conmigo mismo”.

Sobre su experiencia en la UNI3, acepta que al principio no estaba tan seguro de que iba a poder adaptarse, sobre todo por su forma de ser y ver el mundo. 

“Pero sí se adapta uno, porque hay la libertad de escoger lo que uno quiera ser. Me sirvió también en la convivencia con las demás personas. Tengo 69 años, no soy tan grande pero sí joven de mente. Yo quería dar vuelta a la página, vamos viendo que es una etapa diferente de la vida”.

MV
 

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