Jalisco

Incrementa costo del voto en Jalisco por arriba de la inflación

La elección de 2015 en Jalisco tuvo un costo de 292.3 pesos por voto; 47% de los registrados se abstuvieron de ejercer ese derecho 

El costo de la democracia en Jalisco se ha incrementado en los últimos años y el monto promedio del voto sube cada vez más. Datos estadísticos revelan que de 2006 a la fecha, la inversión por cada sufragio ha ido en un aumento más allá de la inflación.

En 2015, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) gastó 292.3 pesos por cada voto, un incremento de 120% en comparación con el proceso electoral de 2006 —cuando además se eligió gobernador— en el cual cada sufragio costó 132.3 pesos.

Esta cifra se obtiene al dividir el presupuesto total del IEPC entre la votación total para diputados.

A diferencia de los comicios federales, en Jalisco no se ha logrado disminuir el gasto por cada sufragio. Si bien el presupuesto del Instituto Nacional Electoral (INE) se ha incrementado, en algunas elecciones sí ha bajado el costo del voto como es el caso de los procesos de 2009 y de 2012.

Sin embargo, a nivel estatal el crecimiento del gasto ha sido constante. En las elecciones intermedias de 2009, cada sufragio costó 229.1 pesos; en las de 2012, este subió a 256.9 pesos y en el 2015 a 292.3 pesos a pesar de que el IEPC tuvo un presupuesto 17 millones de pesos inferior al de 2012, cuando se contó con 857 millones de pesos.

Guillermo Alcaraz Cross, consejero presidente del IEPC, consideró que el costo de la democracia en Jalisco no se ha logrado reducir por el precio de los materiales y la documentación. Señaló que el presupuesto del Instituto crece a la par de la lista nominal, del padrón electoral y del impacto inflacionario.

“Tiene que ver con este crecimiento exponencial de los ciudadanos inscritos en la lista nominal y por supuesto nunca hemos tenido una deflación”.

Mónica Montaño Reyes, investigadora del Departamento de Estudios Políticos de la UdeG, señaló que el alto costo de las elecciones se debe principalmente a la fórmula mediante la cual se calcula el presupuesto para los partidos políticos.

Comicios estatales
Elecciones  Votación Abstención  Porcentaje de abstención Lista nominal Presupuesto Costo por voto
2006 2,796,607 1,839,436 39.1 4,708,758  370,000,000 132.3
2009 2,670,567 2,463,303  47.98   5,133,870  611,838,710 229.1
2012 3,378,385 1,881,966   35.7 5,260,351 867,850,456  256.9
2015   2,908,638  2,604,373 47.2  5,513,011 850,050,773   292.3
Comicios federales
Elecciones Votación Abstención Porcentaje de abstención Lista nominal Presupuesto Costo por voto
2006 41,195,198 29,583,051 41.45 71,374,373 14,588,709,423 354.1
2009     34,731,806   42,346,722  54.93  77,078,528  12,180,700,000 350.7
2012 47,506,908 31,947,894 40.2   79,454,802 15,296,936,922 322
2015   39,476,121 43,446,234  52.3  82,922,355  18,572,422,236   470.5

Pese a reformas, se dispara  el gasto electoral en México

El presupuesto del Instituto crece a la par de la lista nominal, del padrón electoral y del impacto inflacionario. EL INFORMADOR/Archivo

El costo de la democracia en México y la inversión pública por cada voto emitido sigue incrementándose pese a las reformas estructurales al sistema electoral. Datos estadísticos revelan que en los últimos años el gasto en cada sufragio aumentó en promedio 116.4 pesos.

Durante las últimas elecciones de 2015, el Instituto Nacional Electoral (INE) invirtió la cifra promedio de 470.5 pesos por cada sufragio, un aumento de 33% en comparación con 2006 -cuando se eligieron senadores y presidente- en el cual cada voto costó 354.1 pesos.

Esta cifra se obtiene al dividir el presupuesto total del INE entre la votación total para diputados pues en ella participan todos los distritos y es la que se toma en cuenta para el cálculo de las prerrogativas a partidos de Sin voto no hay dinero.

En las elecciones presidenciales de 2006, el entonces Instituto Federal Electoral (IFE) contó con un presupuesto de 14 mil 588 millones de pesos -incluido el financiamiento a partidos- y votaron 41.1 millones de personas. Mientras que en 2015, el INE recibió 18 mil 572 millones de pesos y se registró la votación de 39.4 millones de ciudadanos.

Si bien en cada proceso hay una mayor bolsa de recursos por la inflación, el aumento de la lista nominal y otros factores, en elecciones anteriores se había registrado una tendencia a la baja de inversión por voto. En la elección intermedia de 2009 cada sufragio costó 350.7 pesos y en la presidencial de 2012, 322 pesos. 

Fue en 2015, un año después de la reforma político-electoral, cuando esta cifra se disparó.

La disminución del gasto por voto en 2009 la atribuyó la autoridad a las reformas de 2008 pues además de que se destinó un presupuesto menor al Instituto, se logró un ahorro adicional de 700 millones de pesos.

En ese año el Instituto contó con una bolsa de 12 mil 180 millones de pesos y se registró una votación total de 34.7 millones de personas.

En 2012, pese a que el presupuesto aumentó a 15 mil 296 millones de pesos, disminuyó el costo por sufragio en parte porque la participación ciudadana se disparó a las 47.5 millones de personas.

Se prevé que las elecciones de 2018 sean las más caras de la historia. El INE tiene un presupuesto superior a los 24 mil millones de pesos de los cuales aproximadamente dos mil 138 millones se destinarán para las campañas.

México se estanca en “bache” de abstencionismo

Cuatro de cada 10 ciudadanos con derecho a votar eligen no hacerlo. EL INFORMADOR/Archivo

La democracia mexicana no ha logrado abatir el abstencionismo de sus ciudadanos en las elecciones. A pesar de la promoción del voto por parte de órganos electorales y agrupaciones políticas, cuatro de cada 10 ciudadanos con derecho a emitir un sufragio elige no hacerlo.

Según datos estadísticos del Instituto Nacional Electoral (INE) en las últimas cuatro elecciones federales de 2006, 2009, 2012 y 2015 se registró un nivel de abstencionismo promedio de 47 por ciento.

Este se determina al comparar el número total de ciudadanos inscritos en la lista nominal con la cifra de votos emitidos en la elección de diputados.

El proceso electoral que registró mayor abstencionismo fueron los comicios para elegir diputados federales en 2009. En aquel entonces, 54% de las 77 millones de personas inscritas en la lista nominal no acudieron a las urnas a votar.

En ninguno de los 298 distritos electorales que conforman al país votaron todos los ciudadanos con derecho a ello. Es más, no hubo una sola casilla donde se utilizaran todas las boletas.

En contraste, la elección que registró mayor participación fue la de 2012 cuando resultó ganador el actual Presidente, Enrique Peña Nieto. Sólo 40% de los 79.4 millones de ciudadanos con derecho a votar decidió no hacerlo.

En Jalisco, esta problemática no se queda atrás pues datos del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) revelan que el abstencionismo promedio es de 42%. Los comicios con menor participación fueron los de 2009 y los de mayor asistencia a las urnas fueron los de 2012, con 47% y 35.7% de abstencionismo, respectivamente.

Tanto Carlos Manuel Rodríguez, delegado del INE en Jalisco, como Guillermo Alcaraz Cross, consejero presidente del IEPC, coincidieron que la responsabilidad de promover el voto es también de los partidos políticos quienes deben tener buenos candidatos y propuestas que atraigan a los electores.

Mientras que representantes de partidos políticos señalaron que deben recuperar la confianza de la ciudadanía eligiendo a los mejores candidatos, siendo útiles para los ciudadanos y realizando actividades cercanas a la gente.

Mónica Montaño Reyes, investigadora del Departamento de Estudios Políticos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la UdeG, señaló que las condiciones sociodemográficas como el nivel de estudios y los ingresos también influyen en el abstencionismo.

“Hay una tendencia que no se puede resolver de la noche a la mañana que es la historia de México. Por 70 años fue un sistema semiautoritario donde los políticos dejaban fuera a los ciudadanos, los institutos electorales apenas se crearon en los 90 y la alternancia llegó en el año 2000. No creo que estemos tan mal, al contrario, vamos en desarrollo”.

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