Jalisco

Hepatitis B: Muertes por la enfermedad repuntan en Jalisco

De acuerdo con el Inegi, en 2019 y 2020 hubo un deceso cada año en la Entidad, mientras que el año pasado los casos repuntaron a seis

En Jalisco las muertes por Hepatitis B repuntaron. De acuerdo con las Estadísticas de Mortalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2019 y 2020 hubo un deceso (cada año) en la Entidad. Mientras que el año pasado los casos repuntaron a seis.

No así con el resto de hepatitis virales, pues las muertes por estas disminuyeron: en 2019 hubo 114, en 2020 93 y para el año pasado se contabilizaron 90.

En el caso de las infecciones, la Hepatitis A es la más común, pues se puede contagiar fácilmente a través de alimentos contaminados. Es muy similar a la E y ambas van acompañadas infecciones agudas.

También causan síntomas gastrointestinales, como nauseas, vómito, diarrea, bilirrubina alta que provoca tiente amarillento en los ojos, y  heces blancas. Sin embargo, para estas no hay un medicamento específico, solo medidas generales que se deben seguir por cuatro a seis semanas.

Un ejemplo de ello es Sara, quien tuvo dos veces Hepatitis A a los nueve y a los 12 años.

La primera vez fue por un brote en la primaria, donde otros cinco niños también se contagiaron. El doctor les dijo que había sido por compartir botellas de agua o estar muy juntos.

“Me dolía mucho todo el cuerpo, me dolía el hígado y no quería ni pararme. Solo recetaron pastillas, caramelos y reposo. 40 días de cuarentena y mi mamá iba y traía la tarea. Esa vez no fue tan grave, pero a los 12 de nuevo me lo detectaron porque tenía los mismos síntomas. Le dijeron que fue una reacción del hígado porque reconocía esa forma de comportarse”, dijo.

Pero esa vez fue peor. Los dolores eran extremos, le ardían los ojos y el hígado le dolía sin parar. De esa vez, sus ojos le quedaron amarillos y ahora no puede tomar grandes cantidades de alcohol porque su hígado no es suficientemente capaz de procesarlo, además que era una niña muy delgada y pequeña, con problemas de anemia.

“No puedo ingerir mucho alcohol, tener muchos enojos o tener un susto muy fuerte porque puede causarme Hepatitis C o cirrosis y mi hígado no soportaría. Aún tengo las secuelas de los ojos y si me enojo mucho sí me duele el hígado. Hace unos años me llevé un susto fuerte y sí me dolió como una semana el hígado, por eso trato de llevar una vida tranquila y no tomar alcohol”, añadió.

JM

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