Jalisco

¿Te acuerdas? Así fueron las primeras ediciones de la FIL

La FIL de Guadalajara es hoy un evento de renombre, pero así fueron sus inicios y sus primeras ediciones, hace casi 40 años 

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara se ha convertido en uno de los eventos literarios más importantes de México, América Latina y el mundo, con miles de visitantes, expositores, escritores y turistas nacionales e internacionales que llegan año con año a la Expo Guadalajara en un desorden feliz que a lo largo de una semana paraliza la avenida Mariano Otero. 

Esta semana la FIL celebra su edición 37; casi 40 años en los que ha reunido a incontables editores y editoriales, compradores literarios, distribuidores y bibliotecarios, que además de los lectores, entablan batallas anuales por conseguir los derechos de las mejores obras, vender y subastar el mercado literario. 

Propaganda de la primera edición de la FIL. ESPECIAL/Feria Internacional del Libro de Guadalajara 

Las cosas eran más distintas en el pasado, pues a la FIL le tomó algunos años poder consolidarse en este evento masivo. Fue el 28 de noviembre de 1987 se inauguró la primera Feria Internacional del Libro de la Universidad de Guadalajara, la cual fue dedicada al jalisciense Juan José Arreola, y que, a diferencia de las ediciones posteriores, no contó con la presencia de las grandes celebridades literarias. 

Lectores durante una conferencia de la FIL de 1994. EL INFORMADOR/ ARCHIVO

La FIL fue dando pasos cautelosos, pero decididos. Su primer salto a lo internacional fue hasta 1993, año en el que Colombia fue el primer país invitado de honor, costumbre que a partir de entonces sería la norma, y que tan sólo se vio interrumpida en 2020, el año del COVID, cuando la Feria no se celebró, por primera vez, a causa de la pandemia.

Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes en la edición de 1994 de la FIL. EL INFORMADOR/ ARCHIVO

Muy pronto la FIL recibió invitados de la categoría de Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, José Saramago, Fernando del Paso, entre muchos otros que no alcanzan, además de que anualmente entrega condecoraciones importantes a escritores de renombre, en una fomentación de la cultura. 

Ya llegó esta semana de finales del año en la que algunas avenidas de Guadalajara se vuelven intransitables por el tráfico, en las que grupos y grupos de escolares caminan por las calles con bolsas y libros bajo el brazo, y en las que multitudes de tapatíos salen al crepúsculo que de algún modo u otro se queda vinculado, con cierta melancolía, en la memoria: la FIL de este año. 

FS

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