Jalisco

GALERÍA: Mercados, impulso a la economía de las ciudades

Algunos se han vuelto iconos y destinos turísticos de la ciudad imprescindibles como el Mercado Corona o de San Juan de Dios

No hay mercado en la ciudad a cuyo alrededor no se halle instalado al menos un puesto de revistas en el que se ofrezca EL INFORMADOR. EL INFORMADOR / E. Barrera
El birote, salado y fleima, de Atemajac es una de las herencias que los tapatíos han conservado a lo largo de los años. EL INFORMADOR / E. Barrera
El olor a naturaleza en los puestos de flores es otra particularidad en los mercados de Guadalajara. EL INFORMADOR / E. Barrera
Huaraches de todos colores y materiales para recorrer con comodidad el mercado. EL INFORMADOR / E. Barrera
La tradición indica que para conocer Guadalajara se tiene que comer en San Juan de Dios. Birria, carnes en su jugo y antojitos son tan sólo algo de lo que puedes disfrutar. EL INFORMADOR / E. Barrera
El maíz convertido en tortillas, calientitas y recién hechas, alegran cualquier paladar. EL INFORMADOR / E. Barrera

Convertidos en faro gastronómico y comercial de las ciudades, los mercados guardan la tradición y las costumbres.  Espacios públicos, lugares de comercio y polo para el turismo, todos los días los tapatíos los visitan para comprar desde verduras y frutas hasta artesanías y juguetes típicos.

El Corona, San Juan de Dios (Libertad) o Atemajac son tan sólo tres ejemplos de cómo los mercados también forman a la ciudad y logran tejer a la sociedad y despojarla de clases sociales.

La señora que llama “güerita” a todas a sus clientas de Atemajac, el señor que vende y deshoja flores que alegrarán la vida de otro, los olores y los sabores  en San Juan de Dios y las ya famosas flautas del Corona son sólo ejemplos del paisaje cotidiano de los mercados típicos; en ellos encontramos una época que no se va, y que los tapatíos preservamos con gusto.

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