Jalisco

Fiscalía omite otro agravante en acusación contra Maleck | Análisis

La cercanía de “lugares de culto público” con el punto del accidente donde murió la pareja de recién casados debería influir para aumentar la pena del responsable

Eran las 8:55 de la mañana del domingo 23 de junio. Decenas de feligreses llegaban o salían de la primera misa en alguno de los cinco templos cercanos a la esquina de Avenida Tepeyac y Playa de Hornos, en Zapopan. El cruce en donde el futbolista Joao Maleck embistió mortalmente el carro Aveo en que viajaban la pareja de recién casados María Fernanda y Javier. 

Ahora sabemos que una omisión de la Fiscalía del Estado ha dejado con un pie afuera de la cárcel al futbolista. Los peritos le aplicaron la prueba de alcoholemia cinco horas después del choque fatal. Dio negativo, naturalmente, pese al alarde en redes sociales del deportista y su ingesta de alcohol en un antro la víspera. 

Pero no fue la única negligencia de la Fiscalía de Jalisco

La imputación formulada por el Ministerio Público en la carpeta de investigación 64766/2019 soslaya otro agravante que estipula el Código Penal del Estado de Jalisco: cuando el accidente de tránsito se registra cerca de “lugares de culto público”. El choque ocurrió el domingo cerca de cinco iglesias, todas a una distancia de entre 300 y 500 metros, en horario de culto. Cinco minutos antes de las nueve de la mañana, momento del siniestro, al menos 500 devotos salían o llegaban a misa, según estimaciones de los encargados de cada uno de los templos.

El artículo 63 del Código Penal del Estado estipula una pena de cuatro a diez años de prisión si se comete un homicidio culposo (imprudencial) en un hecho vial y se cumplen dos o más de las siguientes circunstancias

I. Conducir a más de 30 km/h 
II. Cuando se comete cerca de hospitales, escuelas en hora de entrada o salida, o lugares de culto público (iglesias o templos)
III. Se conduzca en sentido contrario o se invadan zonas peatonales 
IV. El inculpado haya cometido antes otros delitos culposos en hechos de tránsito 

La Fiscalía de Jalisco sólo imputó el primer agravante en la audiencia inicial: conducir a más de 30 km/h. Pero el Código Penal del Estado marca que deben cumplirse dos o más de las circunstancias antes enlistadas. No especifica qué ocurre si sólo se cumple una. Inferimos que el Ministerio Público provoca, intencionalmente o por descuido, un vacío legal que quedará a criterio del juez.

No obstante, si en el alegato se incluye la cercanía de los templos, en los términos aquí planteados, se cumplen las dos agravantes necesarias para exigir al juez hasta diez años de cárcel para Maleck. 

Porque la otra agravante, conducir bajo los influjos del alcohol, que por sí sola se castiga con hasta diez años de cárcel, se diluyó en las cinco horas que tardaron en aplicarle la alcoholemia al deportista.  

***

Salvando Vidas ha sido un programa exitoso. Según las estadísticas de siniestralidad de la Secretaría del Transporte, el 2012 cerró con una cifra inédita de un fallecido diario en algún accidente vial con alcohol de por medio. Para 2018 esa tendencia se redujo a sólo una víctima mortal cada 3.6 días. Bajó de 365 a sólo 100 decesos en un sexenio

Las muertes son menos. Lo que no se ha reducido ni depurado son los vicios de nuestra procuración de justicia: las demoras en la aplicación de pruebas de alcoholemia y la integración desaseada o manipulada de un expediente judicial que despierta toda clase de suposiciones. Como ciudadanos, nos preguntamos: si esos descuidos o manipulaciones existen en un caso tan mediatizado, ¿qué puede esperar un habitante promedio?

La Fiscalía del Estado aún puede corregir para no repetir la historia de Néstor Alan, el joven que en el sexenio de Emilio González Márquez murió embestido a bordo de su Volkswagen por un vehículo que jugaba carreritas. El conductor iba alcoholizado y las pruebas de alcoholemia se le aplicaron ocho horas después. Dieron negativo, naturalmente. Se trataba además del hijo de un alto funcionario estatal. 

Todavía en el cruce de Avenida Juárez y Enrique Díaz de León está la cruz que recuerda ese accidente ocurrido una madrugada hace más de una década. La familia del joven de 18 años aún exige justicia. 

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