En homenaje a Aristóteles Sandoval, piden unión en Jalisco
La esposa del exmandatario, quien fue asesinado el viernes, llama a que el crimen no divida, sino que “convoque a la unidad”
Que la muerte de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz no sea motivo de división en el Estado. Ese fue el llamado que Lorena Jassibe de Sandoval, viuda del exgobernador, hizo durante el primero de los cuatro homenajes que se le rindieron ayer al político.
“Su muerte nos sacude, nos lastima, pero también nos convoca a la unidad. Si Jorge estuviera físicamente aquí, nos pediría que nos mantuviéramos unidos, que encontráramos la forma de coincidir y de permanecer unidos”.
Decenas de oficiales de Policía formaron una valla humana sobre el andador Ramón Corona, por donde llegó la carroza con el cuerpo del exmandatario al Palacio de Gobierno.
Su esposa y sus hijas, Giovanna y Leonela, entraron con él. Un grupo de oficiales escoltó el ataúd hacia el interior, donde sólo había familiares y autoridades.
“A Jorge nada lo detuvo y tampoco será la muerte la que lo detenga”, dijo Lorena. “A todos nos duele su partida, hoy los deudos somos todos. Sin embargo, no es momento de dividirnos; por el contrario, es momento de abrazar. A Jorge le hubiera gustado que hiciéramos el compromiso de aprovechar la vida para hacer del amor nuestra guía”.
El gobernador fue el último en tomar la palabra. Se comprometió a no rendirse ante quienes asesinaron a SandovalDíaz. “Lo que sucedió en Puerto Vallarta es una muestra más de que no nos podemos doblar ante quien quiere sumir a nuestro Estado en el miedo”.
Tras los discursos, la esposa y los padres de Aristóteles, Leonel y Sagrario, así como el gobernador, montaron una guardia junto al ataúd. Después lo hicieron los alcaldes de la metrópoli y el rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Ricardo Villanueva.
Al terminar el homenaje en el Palacio de Gobierno, el cuerpo del exmandatario fue recibido en el Congreso del Estado con el mismo fin. Luego se hizo lo propio en el Palacio Municipal de Guadalajara y al final en la sede estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El exgobernador, quien tenía 46 años, fue sepultado después de esos eventos.