Jalisco

Se ocultó el sol: Así se vivió el eclipse en Guadalajara

Decenas de tapatíos se dieron cita en el Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara para presenciar el eclipse solar de este 2024  

A eso de las 10:50, la luz del amanecer comenzó a cambiar. Decenas de tapatíos se dieron cita en el Instituto de Astronomía y Meteorología (IAM) de la Universidad de Guadalajara, convocados por el evento infrecuente de un eclipse solar.

La fila de curiosos daba la vuelta a la cuadra, hasta José María Morelos, y la gente nunca dejó de llegar. Había de todo; familias enteras, estudiantes, adolescentes en grupos, personas de la tercera edad y trabajadores que se saltaron las reglas de lo cotidiano. Un anónimo confesó que decidió faltar a su trabajo, pues a su juicio el eclipse es un fenómeno irrepetible, y lo justificaba todo. "Ni de loco me iba a quedar encerrado en la oficina", comentó.

Otras personas correspondieron a su comentario, como las familias numerosas que acudieron al Instituto, y que decidieron no llevar a sus hijos a la escuela. "Debieron haber dado el día libre", mencionó un padre de familia, que prefirió no compartir su nombre, y que a su juicio, el eclipse era un evento mucho más educativo. "Esto es algo que no se vive con frecuencia, es importante, va a ser algo que los niños recordarán siempre".

Los tapatíos contemplaron el fenómeno a través de los telescopios dispuestos a lo largo de la explanada del Instituto de Astronomía. Era una visión fugaz: debido a la gran demanda de visitantes, cada persona tenía unos cuantos segundos para contemplar la sonrisa que se formaba conforme la luna iba cubriendo el sol. Otros, más afortunados, se acomodaban donde podían para mirar al cielo con sus lentes especializados y filtros de soldador. Sobre la avenida, incluso, había personas que dispusieron telescopios y cámaras especializadas al alcance del peatón. Otros se apretujaron en una sala especial del Instituto de Astronomía, que transmitía en vivo el eclipse, pero de Mazatlán.

EL INFORMADOR/ A. Navarro. 

Comienza a oscurecer en Guadalajara

Las miradas no se despegaban del cielo. No se oscureció por completo, no cayó la noche ni tampoco se atisbaron las estrellas, pero una luz distinta enrareció los ámbitos del día. La luz cambió en Guadalajara. Las hojas de los árboles imprimían medias lunas en toda esquina. Los tapatíos comenzaron a percibirlo, y un sentimiento distinto cambió el ánimo general. De emoción, de descrédito, de impaciencia y expectativas.

Para Paulina, de 26 años, representó algo que nunca había vivido. "No me imagino cómo puede ser", compartió, mirando con entusiasmo al cielo, poco antes de la totalidad. A pesar de las explicaciones científicas y de los cálculos matemáticos que permiten predecir eclipses cientos de años en el futuro, que el sol se oscurezca en medio del azul del firmamento es algo que, para Paulina, se saltaba a la razón. "Es que es increíble, de verdad no te puedo describir lo que me hace sentir".

La luz fue cambiando cada vez más, hasta el punto en que los mismos trabajadores del Instituto abandonaron sus labores por unos segundos ante el imán inevitable de lo que sucedía en el cielo. Los especialistas y astrónomos cambiaron sus sonrisas al ver en vivo el evento que tanto estudiaron en sus libros. Algunos coches se detuvieron sobre Vallarta. Los empleados de los comercios circundantes salieron a la calle. En los edificios en procesos de construcción, los albañiles detuvieron los martillos. Y aunque los pájaros no regresaron en bandadas a sus árboles, se incrementó su canto.

EL INFORMADOR/ A. Navarro. 

La totalidad; eclipse hace recordar a los tapatíos

A las 12:09, el eclipse alcanzó su punto máximo en Guadalajara. Del sol no quedó nada más que una sonrisa de luz en el cielo, y un mediodía de colores trastocados. Algunos aplaudieron. Otros soltaron risas nerviosas. Los niños gritaron de entusiasmo. “Ya se ocultó el sol”, gritó uno. “Ya no se ve, ya no se ve el sol”, dijo un padre de familia, casi con respeto. “Ya lo tapó la luna”. Una señora, acompañada de sus amigas, soltó un grito de espanto, pero sin apartar la mirada del cielo. “Sentí que me caía para arriba”, bromeó. A los que el eclipse alcanzó en la calle antes de entrar al Instituto, se acomodaron donde pudieron. Otros sintieron más bien la desilusión de las esperanzas insatisfechas: "ni estuvo tan padre", se lamentó uno. “Ni se hizo de noche”.

Para otros habitantes de Guadalajara, el eclipse fue una cuestión de experiencia. Pedro Yáñez, de 72 años, trabajador del IAM, vivió este lunes el cuarto eclipse de su vida. Se encargó que los visitantes contemplaran el fenómeno por medio de las sombras; a través de un aparato reflector, aparecía la media luna reflejada sobre el suelo. Mientras algunos tapatíos aplaudían y festejaban, Pedro Yáñez recordó con especial cariño al eclipse de 1991. "Fue una experiencia maravillosa. Ver los pájaros cómo se empezaron a ir a los árboles, porque se oscureció total. Fue algo maravilloso, lo guardo muy bien. Estos son eventos astronómicos que no se dan con frecuencia"

No fue el único al que el eclipse le removió la memoria. Los tapatíos con más experiencia no pudieron evitar recordar ese anterior eclipse, del 11 de julio de 1991, y que marcó un parteaguas en la vida de miles. Aquel amanecer nublado, no obstante, se oscureció completamente. Así lo recordó Erica González, de 48 años, acompañada de su hermana e hijas, y que en aquel momento de su vida se encontraba en la preparatoria.

"Estábamos en la prepa, y la prepa estaba llena de árboles. Y los pájaros empezaron a cantar y a cantar como si fuera de noche y regresaron a los árboles, y de pronto se puso oscuro". Fue un momento inolvidable, y el eclipse de este 8 de abril la remontó de nuevo a aquellos años, pero ahora acompañada de sus hijas. Mostró entusiasmo ante el evento del IAM, pues pudo ver el eclipse aparatos más sofisticados, mientras que en sus años mozos tuvo que valerse de aparatos más rudimentarios.

No, no se hizo de noche en Guadalajara, pero para los astrónomos del IAM, este evento fue valioso aunque no se haya oscurecido totalmente, como sí ocurrió en Mazatlán. Para Simon Kemp, doctor del departamento de Física de la Universidad de Guadalajara, fenómenos como este nos permiten reparar en la fuerza y la intensidad de nuestro sol. “En realidad 90% de oscuridad es poco (...) Ese 10% de sol restante es muy brillante. Imagínate qué tan fuerte es el sol para que con solo el 10% de su luz ilumine todo. Por eso enfatizamos la seguridad de no mirarlo directamente y de usar los métodos adecuados”.

Cuando dio la 1, la luz recuperó su tonalidad de siempre, y el sol, recobrando su presencia, comenzó a calentar. Regresó el tráfico a la calle, y el desorden sonoro de la cotidianidad se reanudó. Los grupos comenzaron a dispersarse, con suspiros de satisfacción tras el espectáculo del sol anochecido. Siguieron tomando fotos al cielo, y tuvieron como resultado imágenes minúsculas de un eclipse que no le hacía justicia al que acababan de ver en el firmamento. Algunos no se marcharon sino hasta ver lo que quedaba del eclipse, una sonrisa de luz cautiva dentro de los telescopios, cada vez más difusa, hasta que regresó a ser el sol de siempre. La explanada se fue quedando vacía.

A la 1:30, Guadalajara volvió a ser la misma.

EL INFORMADOR/ A. Navarro. 

Los siguientes eclipses en Jalisco

En los años por venir, Guadalajara vivirá más eclipses parciales:

  • El 26 de enero del 2028
  • El 14 de enero del 2029
  • El 14 de noviembre del 2031
  • El 2 de julio del 2038
  • 4 noviembre del 2040
  • El 12 de agosto de 2045
  • El 5 de febrero de 2046
  • El 30 de marzo del 2052, después de 28 años, habrá un eclipse solar total en Guadalajara.

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