Descuidó su negocio para sofocar las llamas que amenazaban a una familia
Pedro Ronquillo se apresuró a apagar una fogata de basura y plásticos en una casa donde dos menores estaban solos
El miércoles por la tarde, Rosario López, quien vive en la colonia Tetlán II, vio una inusual columna de humo negro que salía de algún lugar muy cerca. “Pensé que era el local del señor de las tostadas”, dijo.
Por su presunción no le tomó mucha importancia al hecho y fue a la tienda, pero al regresar vio un alboroto frente a su casa; allí supo que algo se quemaba. “El señor de las tortas se había subido y lo estaba apagando a cubetazos de agua”.
Se refirió a Pedro Ronquillo, quien descuidó su negocio cuando se percató del olor a humo en el baño de su negocio, pues la ventila da al patio de la finca que se quemaba.
“Yo pensaba que era el asador porque olía algo así”. Su hija le advirtió que era demasiado humo y vio que su vecino Héctor, el de la vinatería, pasó corriendo.
“Me dijo mi hija que lo acompañara para ver qué se estaba quemando porque estaban solos los niños”.
Pedro subió al departamento, donde habita una familia, y preguntó a los niños si estaban solos y qué se quemaba. Le respondieron que sí: los habían dejado solos.
Fue una amiga de la madre quien al parecer prendió fuego a maleza y basura en el patio. “Había plástico, como cascarones de computadora y todo eso, por eso tanto humo”.
Como no estaban encerrados, el ciudadano abrió la puerta y sacó a los niños del departamento auxiliado por su vecino. Y mientras este último cuidaba a los menores, Pedro sofocóla fogata de basura al fondo del patio.
“Me pasé a la pileta y estaba llena de agua. Me encontré un plástico y desde arriba le aventé agua a la lumbre. Me acabé el agua y ya se veía más o menos; entonces me bajé al patio por la escalera y que me resbalo”.
Pedro se reincorporó y fue por la manguera con la que apagó todo. “Cuando voltee ya estaba lleno de policías arriba”.
Los bomberos continuaron con las tareas y verificaron que todo estuviera bien apagado. Los padres de los niños llegaron posteriormente.
Los familiares aseguraron que no era un incendio, pero que los vecinos se asustaron con el humo. Para probarlo mostró la habitación hasta el patio donde se podían ver cenizas aisladas de la fogata de basura.
Ayer, trabajadores sociales del DIF Guadalajara llegaron al lugar para confirmar si las condiciones de los menores eran óptimas, pero no los encontraron.