Desarrollan misas en la Catedral con sana distancia
Cuando alcanza la capacidad de aforo permitido, las puertas son cerradas para comenzar así la celebración eucarística
Con solo dos fieles sentados en cada banca, misma que es separada por una fila vacía, es como desde hace dos domingos se desarrollan las misas dentro de la Catedral de Guadalajara.
Antes de las 12:00 horas del mediodía los fieles comienzan a ocupar sus lugares y una vez que estos se llenan las puertas son cerradas para comenzar así la celebración eucarística.
Durante la ceremonia todos los fieles deben permanecer con su cubrebocas bien colocado y en los sitios que ocuparon al llegar, y son vigilados por ayudantes de la iglesia quienes caminan por los pasillos para garantizar que esto se cumpla.
Las lecturas y homilía continúan de manera habitual,aunque el saludo de mano para dar "la paz" a los fieles cercanos fue cambiado por una venia verbal, mientras que la comunión fue llevada hacia el final de la celebración eucarística con una modificación significativa.
La devoción de la iglesia católica llama a que los fieles reciban la hostia en la boca, sin embargo, durante la contingencia por el coronavirus fue dada la indicación de que la comunión se entregue en las manos, con la finalidad de disminuir con esta medida el riesgo de contagios entre los asistentes.
Antes de recibirla las y los ayudantes de la iglesia les piden formarse respetando la sana distancia y les entregan gel antibacterial para que puedan recibir la hostia con las manos desinfectadas.
Al respecto, el Cardenal de Guadalajara, Francisco Robles Ortega, refirió que en general los fieles han sido conscientes, sin embargo, hay una corriente que desde la contingencia ocasionada por la Influenza AH1N1 se ha negado a recibir la hostia en la mano porque piensa que esto no debe ser así.
"Nunca vamos a llegar a ningún lado, son personas muy radicales, pero existe la libertad. Por medidas de higiene ahora así se hace porque el llevar la hostia a la boca siempre es un riesgo mayor, en ocasiones sin querer se puede tocar la saliva de la punta de la lengua y al tomar y entregar otra hostia a la persona que sigue podría existir un riesgo de contagio. No hay que ser alarmistas, pero es para un mayor cuidado", manifestó.
Sobre esta nueva dinámica implementada como parte de la nueva normalidad, misma que dijo ya se replica ya en varias iglesias, el Cardenal señaló que hasta el momento no han percibido "alguna presión o reclamo para que se abran las puertas de las iglesias a más fieles pues parece que hay conciencia de su parte", aunque incluso, refirió que en algunas parroquias el aforo ni siquiera ha alcanzado el máximo permitido según las medidas ya señaladas.
Las confesiones también ya fueron reiniciadas. Al interior de la Catedral los párrocos que las realizan piden mantener "una distancia considerable" entre el confesionario y los fieles, pero cuidando que se puedan escuchar. Para evitar contagios, los sacerdotes portan lentes, cubrebocas y careta para recibir a los feligreses.
jb