Conviven con aguas sin tratar
Residentes de Puerta Plata se quejan por mal olor de un cauce proveniente de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Virreyesy, aseguran que nadie les da solución
Vecinos del fraccionamiento Puerta Plata denunciaron un “río” de aguas negras que proviene de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de Virreyes, y que, afirma, se convirtió en parte de su “patio trasero”. El cauce es parte de La Coronilla que, a su vez, forma parte del Arroyo Atemajac y que afecta directamente al bosque Los Colomos.
Los malos olores que emanan de las aguas se agudizan por las noches. Según Daniel, un residente del lugar, alrededor de las 10 de la noche el agua que antes llegaba “poco tratada” ahora llega sin el mínimo proceso de limpieza, pese a que, según la página web de la Comisión Estatal del Agua (CEA), la planta de tratamiento se encuentra en operación.
La proliferación de moscos, entre otros insectos y plagas, así como de contaminación, también han ido en aumento y se intensifican durante los días calurosos.
El problema comenzó hace seis años, sin embargo, y pese a la insistencia de los colonos al Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) y al Ayuntamiento de Zapopan, no han obtenido más que inacción para arreglar una PTAR rebasada.
De acuerdo con el Ayuntamiento de Zapopan, éste ha canalizado la queja de los inconformes al SIAPA, al que corresponde el tratamiento de aguas.
Peor y con niveles inaceptables
Daniel señaló que desde hace dos años la contaminación ha empeorado. “Antes hacían estudios y por lo menos libraban los parámetros para arrojar el agua, pero la última vez que hicimos unos, con un laboratorio privado, no los pasaron”, indicó.
La denuncia también se vio reflejada en redes sociales, mediante la que reportaron al SIAPA que, a su vez, respondió que ya realizaban trabajos en la zona. Aunque, según Daniel, se corroboró que eso no ha sucedido.
El agua contaminada y el saneamiento deficiente están relacionados con la transmisión de enfermedades como el cólera, disentería, hepatitis, tifoidea y poliomielitis, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud.
Al aire libre, las partículas de aguas residuales pueden dispersarse y su inhalación puede provocar efectos como malestar gastrointestinal, diarrea, náuseas y vómitos.