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En Filipinas, fieles celebran el Viernes Santo con crucifixiones y flagelos

La mayoría de la población en Filipinas, que es muy creyente, asitió a misa por el Viernes Santo, pero otros fueron a extremos para expiar sus pecados Esta nota tiene contenido sensible para algunos lectores

En el pueblo de San Juan, al norte de la capital Manila, cientos de residentes y de turistas asistieron a una sangrienta representación de los últimos momentos de Jesucristo. AFP / J. Sta Rosa
Decenas de hombres desfilaron con la cara cubierta mientras se azotaban con ramas de bambú. AFP / J. Sta Rosa
Decenas de hombres desfilaron con la cara cubierta mientras se azotaban con ramas de bambú. AFP / J. Sta Rosa
Al final del desfile, tres personas fueron escoltadas por hombres vestidos de romanos y fueron amarrados a cruces de madera. AFP / J. Sta Rosa
Al final del desfile, tres personas fueron escoltadas por hombres vestidos de romanos y fueron amarrados a cruces de madera. AFP / J. Sta Rosa
Al final del desfile, tres personas fueron escoltadas por hombres vestidos de romanos y fueron amarrados a cruces de madera. AFP / J. Sta Rosa
La multitud tomaba fotos y videos y algunos drones sobrevolaban la escena. AFP / J. Sta Rosa
Este espectáculo es una tradición en las aldeas de la zona de San Fernando, pero en los últimos tres años fue cancelado debido a la pandemia del COVID-19. AFP / J. Sta Rosa

Un grupo de fanáticos católicos en Filipinas celebró el Viernes Santo con crucifixiones y flagelos, como parte de los ritos de Semana Santa 2023.

La mayoría de la población de este país, que es muy creyente, celebró el Viernes Santo asistiendo a misa, pero otros fueron a extremos para expiar sus pecados en rituales que son mal vistos por la Iglesia.

En el pueblo de San Juan, al norte de la capital Manila, cientos de residentes y de turistas asistieron a una sangrienta representación de los últimos momentos de Jesucristo.

Decenas de hombres desfilaron con la cara cubierta mientras se azotaban con ramas de bambú.

La sangre manó de sus espaldas hasta mojar sus pantalones llegando incluso salpicar a la multitud.

"Lo hago por mi familia, para que tengan salud", dijo Daren Pascual, de 31 años.

Al final del desfile, tres personas fueron escoltadas por hombres vestidos de romanos y fueron amarrados a cruces de madera.

Wilfredo Salvador, un enjuto anciano, fue crucificado y tanto sus manos, como sus pies fueron clavados a una cruz, mientras la multitud tomaba fotos y videos y algunos drones sobrevolaban la escena.

Tras varios minutos, fue bajado de la cruz.

"Hago esto porque quiero. Le agradezco (a Dios) por darme una segunda vida", dijo este hombre de 66 años, y que empezó a participar en esta celebración hace 15 años, luego de sufrir un colapso mental.

Este espectáculo es una tradición en las aldeas de la zona de San Fernando, pero en los últimos tres años fue cancelado debido a la pandemia del COVID-19.

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