Una fábrica de gel desinfectante florece en plena calle de París
Un farmacéutico prepara hasta 10 mil litros al día de esta sustancia para tratar de hacer frente a la creciente demanda
En una céntrica calle de París, robada temporalmente a los viandantes, ha florecido una fábrica de gel desinfectante de manos para paliar la escasez de este producto básico para combatir la pandemia de COVID-19.
Hasta 10 mil litros al día de este líquido han salido de la improvisada industria levantada por un farmacéutico de la capital para tratar de hacer frente a la demanda de un producto que se agotó en la mayoría de las boticas de la ciudad en los primeros momentos de la crisis del coronavirus.
"Nosotros no producíamos este tipo de geles, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a todos los farmacéuticos que pudieran que lo hicieran", explica a Efe el director de la farmacia Delpech, Frabian Bruno, artífice de la planta.
La demanda fue tal que los locales de su farmacia se quedaron pronto pequeños y decidieron lanzarse a una producción a mayor escala que permitiera abastecer a otros colegas de la ciudad.
En tiempos de confinamiento, fue difícil encontrar instalaciones que acogieran el negocio a lo grande, así que optaron por sacar a la calle sus herramientas.
"LOS VECINOS NOS AYUDAN"
"Los vecinos nos apoyan y nos ayudan en todo lo que pueden", asegura Bruno, pese a que la vía ha quedado parcialmente cortada y los transeúntes están obligados a tomar un pequeño pasillo en la acera para acceder a sus viviendas.
También recibieron enseguida el aval de las autoridades, que vieron con buenos ojos la iniciativa a pesar de la invasión del espacio público.
El perímetro de la producción está circunscrito por bidones de plástico en los que en un primer momento llegaba el alcohol, principal materia prima de gel desinfectante. Ahora están llenos de agua para prevenir posibles incendios.
Hasta ese punto del centro de la ciudad, a pocos pasos del turístico barrio Latino, ahora desierto de turistas, llegan los camiones de alcohol. Desde hace unas semanas vienen en unos depósitos especiales para el transporte de líquidos que facilitan la labor de mezcla que hace el equipo de Bruno.
Una quincena de operarios se encarga de elaborar la muestra siguiendo los porcentajes que la OMS ha marcado para lograr el máximo de eficacia del producto en la desinfección bacteriana y vírica, sobre todo pensando en el resistente coronavirus.
UNA SOLUCIÓN ECOLÓGICA
Con el tiempo, la farmacia se encontró con un segundo problema: imposible encontrar en el mercado envases para dar salida al producto elaborado.
El ingenio de Bruno encontró a eso una solución inesperada en el mundo vinícola: el uso de recipientes de plástico y cartón de cinco litros que se utilizan para la comercialización del vino de mediana calidad.
"Hay mucho en el mercado, se almacena bien y nos facilita la distribución", apunta Bruno, que asegura que ese hallazgo les permitió poder seguir sirviendo gel a sus clientes.
Estos son en su mayor parte farmacéuticos, que se llevan las cajas y lo distribuyen a los compradores que llegan ya con su propio recipiente.
"Además de que encontramos una solución, es ecológico y, por ahora, no tenemos problemas de abastecimiento", indica Bruno.
También han servido gel a hospitales y a las fuerzas del orden que vigilan en la capital.
"ESTAMOS EN UNOS SIETE MIL LITROS DIARIOS" DE GEL
Mohamed Ketani trabaja desde hace años en la farmacia Delpech y recuerda ahora la demanda que les desbordó los primeros días.
"Estamos listos. Ya tenemos la experiencia y la capacidad de producción. Podemos incrementar la oferta de forma sencilla"
"Cuando no faltaba una cosa, faltaba la otra", asegura este francés que estudió en España.
La producción se ha moderado en los últimos días, porque muchos industriales, empresas del sector cosmético y de otros orígenes, han comenzado también a producir este tipo de geles de forma masiva, lo que ha atenuado la demanda que llega hasta la improvisada planta.
"Estamos ahora en unos siete mil litros diarios", cuenta Ketani, que sin embargo afirma que todavía no van a desmontar las instalaciones levantadas en la calle.
El Gobierno francés les ha pedido que mantengan el dispositivo, porque se espera que cuando se levante el confinamiento la demanda registre un repunte.
Las empresas que empiecen a abrir comprarán gel para sus empleados, al igual que las escuelas si, como ha adelantado el presidente, Emmanuel Macron, comienzan a recibir alumnos a partir del 11 de mayo.
"Estamos listos. Ya tenemos la experiencia y la capacidad de producción. Podemos incrementar la oferta de forma sencilla", señala Bruno.
JM