Ejército de Sudán toma control del país en golpe de Estado
La medida sucedió justo antes de que el ejército debiera entregar a civiles el próximo mes el liderazgo del gobierno conjunto entre el ejército y civiles
El general de mayor rango en Sudán disolvió el lunes el gobierno y anunció que el ejército dirigirá al país luego de que sus fuerzas arrestaran al primer ministro en funciones y a otros funcionarios, mientras miles de sudaneses protestaron en las calles en contra del golpe de Estado.
La toma del poder amenaza con descarrilar el largo e inestable intento de transicionar a la democracia dos años después de que manifestantes forzaron la salida del autócrata Omar al-Bashir. La medida sucedió justo antes de que el ejército debiera entregar a civiles el próximo mes el liderazgo del gobierno conjunto entre el ejército y civiles.
Después de los arrestos en la mañana de funcionarios públicos, miles de personas protestaron en las calles de la capital, Jartum, y su ciudad hermana Omdurman. Imágenes compartidas en internet parecían mostrar a manifestantes que bloquearon calles y prendieron fuego a neumáticos mientras las fuerzas de seguridad utilizaban gas lacrimógeno para dispersarlos.
La gente coreaba "El pueblo es más fuerte, más fuerte" y "¡La retirada no es una opción!", mientras el humo de los neumáticos en llamas cubría el aire. Además, se han compartido videos donde se veían grandes grupos de personas cruzando puentes sobre el Nilo rumbo al centro de la capital.
Al menos 12 manifestantes resultaron heridos en manifestaciones, según el Comité Sudanés de Médicos, que no dio más detalles.
En la tarde, el jefe del ejército, el general Abdel-Fatá Burhan, anunció en televisión nacional que disolvería el Consejo Soberano, el órgano de transición militar y civil formado para liderar al país desde la destitución de al-Bashir. El general dijo que las diferencias entre facciones políticas llevaron al ejército a intervenir.
Burhan declaró un estado de emergencia y dijo que el ejército designará un gobierno tecnocrático para dirigir al país rumbo a las elecciones, programadas para julio de 2023. Pero dejó claro que el ejército permanecerá a cargo cuando dijo: "Las Fuerzas Armadas continuarán realizando una transición democrática hasta que se entregue el liderazgo del país a un gobierno civil electo".
El Ministerio de Información, todavía leal al gobierno disuelto, dijo que el discurso fue un "anuncio de una toma de poder por un golpe militar".
Estados Unidos y la Unión Europea expresaron su preocupación por los sucesos en Sudán.
El enviado especial de Estados Unidos al Cuerno de África, Jeffrey Feltman, indicó el lunes por la mañana que estaba "profundamente alarmado" por los reportes. Feltman se había reunido durante el fin de semana con líderes militares y civiles de Sudán para tratar de resolver las crecientes diferencias entre los miembros del gobierno provisional. El responsable de Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrel, tuiteó que seguía los acontecimientos con "la máxima preocupación".
Antes del amanecer del lunes empezaron a surgir los primeros reportes sobre un alzamiento militar. Para media mañana, el Ministerio de Información confirmó que el primer ministro, Abdala Hamdok, había sido detenido y trasladado a un lugar no revelado. También fueron detenidos varios miembros destacados del gobierno, según indicó el Ministerio en una publicación en Facebook. Se desconocía su paradero.
La oficina de Hamdok indicó en una publicación de Facebook que él y su esposa fueron detenidos la mañana del lunes como parte de un "golpe de Estado completo".
El acceso a internet se cortó de forma generalizada y la televisora estatal de noticias emitía música patriótica tradicional. En un momento dado, militares asaltaron las oficinas de la televisora estatal en Omdurman y detuvieron a varios trabajadores, según el Ministerio de Información.
La tensión entre líderes civiles y militares de Sudán había ido creciendo durante las últimas semanas.
Un intento golpista fallido en septiembre dividió al país en dos viejas facciones, enfrentando a los islamistas más conservadores que quieren un gobierno militar contra aquellos que derrocaron a Al-Bashir en protestas multitudinarias. En días recientes, ambas partes habían salido a las calles en protestas.
GC