Residentes de EU celebran reapertura de la frontera
A partir de noviembre comienza la medida, que pone fin al cierre de 19 meses de la frontera. Una de las consecuencias fue la afectación económica en ambos lados de la línea divisoria
Los propietarios de los castigados comercios y las familias separadas por las restricciones relacionadas con el COVID-19 celebraron el anuncio de que Estados Unidos reabrirá sus fronteras terrestres a los viajes no esenciales a partir del próximo mes, poniéndole fin a un cierre de 19 meses.
Los traslados terrestres a través de las fronteras con Canadá y México estuvieron limitados en buena medida a trabajadores cuyos empleos son considerados esenciales. Las nuevas medidas permitirán que los extranjeros con esquema completo de vacunación ingresen a Estados Unidos sin importar el motivo del viaje a partir de principios de noviembre, cuando se aligeren restricciones similares para el traslado aéreo. Para mediados de enero, incluso los trabajadores esenciales que pretendan entrar al país, como los camioneros, deberán estar completamente vacunados.
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Los centros comerciales y los distribuidores minoristas en las comunidades fronterizas de Estados Unidos, cuyos espacios de estacionamiento solían estar llenos de autos con matrículas mexicanas, resultaron fuertemente golpeados por las restricciones a los traslados.
El alcalde de San Diego, Todd Gloria, dijo que era difícil cuantificar el impacto económico, pero puede verse en la escasa presencia de compradores en un importante centro comercial ubicado a poca distancia de la frontera con Tijuana, México. La decisión se produce en un momento crítico: poco antes de la temporada de compras navideñas.
En Nogales, Arizona, una comunidad de unas 20 mil personas, las restricciones de traslados obligaron a que unas 40 tiendas minoristas de la calle principal de la ciudad cerraran, dijo Jessy Fontes, integrante del consejo de la Cámara de Comercio del Condado Nogales-Santa Cruz y propietario de Mariposa Liquidation Store, una tienda de electrodomésticos. Sus ventas cayeron en un 60% y sopesó la posibilidad de cerrar, pero en su lugar recortó su número de empleados de siete a dos.
En Del Río, Texas, los visitantes mexicanos representan alrededor del 65% de las ventas minoristas, dijo Blanca Larson, directora ejecutiva de la cámara de comercio y turismo de la ciudad, la cual tiene unos 35 mil habitantes
"En la frontera no somos dos comunidades distintas; más bien somos una sola", aseguró.
En Sault Ste. Marie, Michigan, en donde el hockey y el patinaje sobre hielo son una actividad arraigada, los Soo Eagles no han podido disputar un solo partido en casa ante rivales canadienses en 20 meses. Los jugadores, de entre 17 y 20 años, han estado viajando a Canadá desde que se levantaron las restricciones fronterizas en ese país hace dos meses. Ahora podrán ser el equipo local.
"Casi me caigo cuando leí la noticia", dijo Ron Lavin, copropietario del equipo. "Ha sido un viaje largo y frustrante para las personas en distintos frentes, mucho más importantes que el hockey, pero simplemente estamos contentos. Es grandioso para la ciudad".
Los estadounidenses con esquema completo de vacunación y los residentes permanentes han podido ingresar a Canadá desde agosto, siempre que hayan esperado al menos dos semanas desde que recibieron la segunda dosis de la vacuna y presenten evidencia reciente de una prueba diagnóstica de COVID-19 con resultado negativo. México no ha implementado procedimientos de entrada relacionados con el COVID-19 para sus fronteras terrestres.
La más reciente medida se produce luego del anuncio del mes pasado de que Estados Unidos pondrá fin a las restricciones de viajes aéreos para ciertos países y en su lugar requerirá que los extranjeros que quieran llegar al país por esa vía muestren evidencia de vacunación.
Las nuevas medidas aplican únicamente para los ingresos legales. Aquellos que lleguen de manera ilegal al país siguen siendo sujetos a la expulsión en virtud de un decreto de salud pública que permite el retiro expedito de migrantes antes de que puedan solicitar asilo.
A los viajantes que entren a Estados Unidos en auto, tren o ferry se les preguntará sobre su estatus de vacunación como parte del proceso estándar de admisión de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés). A criterio de los agentes, los viajantes tendrán que mostrar evidencia de vacunación, la cual sería verificada en un filtro secundario.
A diferencia de los viajes aéreos, para los cuales se requiere evidencia de una prueba diagnóstica de COVID-19 con resultado negativo antes de abordar un vuelo para ingresar a Estados Unidos, no se requerirá un análisis diagnóstico para llegar al país por tierra o mar, siempre que los viajantes cumplan con el requerimiento de vacunación.