El Papa Francisco limita la celebración de misas en latín, ¿en qué casos están autorizadas?
El líder católico limitó la celebración de misas en el llamado rito tridentino, en latín y de espaldas a los fieles; ahora deben ser autorizadas por el obispo
El Papa Francisco intervino por tercera vez para restringir la celebración de la antigua misa en latín, en un indicio de la continua tensión con los tradicionalistas católicos.
En un nuevo decreto legal publicado el martes, el Pontífice reafirmó que la Santa Sede debe aprobar todas las nuevas celebraciones del antiguo rito mediante la firma de las decisiones de los obispos de designar iglesias parroquiales adicionales para la misa en latín o para permitir que sacerdotes recién ordenados la oficien.
El cardenal Arthur Roche, director de la oficina de Liturgia del Vaticano, explicó que dos casos han sido objeto de diferentes interpretaciones y de discusiones y por ello se hizo necesario esta puntualización, indicó el Vaticano. El 16 de julio de 2021, en la carta apostólica "Traditionis custodes", el papa Francisco estableció como "única" forma ceremonial del rito romano el misal salido del Concilio Vaticano II, promulgado por Pablo VI y Juan Pablo II.
En ella, Francisco limitó sobremanera la celebración de misas en el llamado rito tridentino, en latín y de espaldas a los fieles, que sólo en algunos casos podían ser permitidas, e introdujo que éstas deben ser autorizadas por el obispo.
Sin embargo, en este nuevo documento se destaca que, si se quiere celebrar una misa en el llamado rito "tridentino" en las iglesias parroquiales o se pide autorización de este misal por parte de sacerdotes que fueron ordenados después del 16 de julio de 2021, el obispo diocesano "está obligado a informar al Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que evaluará los casos individuales".
Durante semanas, blogs y webs tradicionalistas católicas han reportado que se estaba preparando una mayor limitación del rito antiguo, tras la decisión tomada por Francisco en 2021 para reimponer las restricciones a su uso que había relajado su antecesor, el entonces papa Benedicto XVI, en 2007.
El nuevo decreto no restringe más la celebración sino que repite las normas previas. Su insistencia en la autoridad de Roche en el proceso parecía acallar los reclamos tradicionalistas de que el cardenal se había excedido en su mandato. Francisco aprobó el decreto el lunes durante una audiencia privada con Roche.
Las limitaciones de Francisco al rito antiguo indignaron a sus críticos conservadores y tradicionalistas, muchos de los cuales le han atacado también por su atención al medio ambiente, la justicia social y los inmigrantes.
JM