Oposición británica quiere impedir una salida de la UE sin acuerdo
Exigen que el acuerdo final del Brexit sea renegociado por Londres con Bruselas si el Parlamento británico rechazara un primer pacto entre la UE y el Reino Unido
La oposición laborista británica anunció el lunes su intención de presentar una propuesta de ley para impedir que el Reino Unido pueda abandonar la Unión Europea (UE) sin acuerdo, si el parlamento rechazara el acuerdo final firmado con Bruselas.
Los laboristas esperan obtener el apoyo de suficientes partidos como para rechazar la política de "o lo toma o lo deja", tenía previsto declarar en un discurso el portavoz del Partido Laborista para el Brexit, Keir Starmer.
Los laboristas exigen que el acuerdo final del Brexit sea renegociado por Londres con Bruselas si el Parlamento británico rechazara un primer pacto entre la UE y el Reino Unido.
"Los trabajadores velarán para que se deponga una enmienda al proyecto de ley sobre la salida de la UE", afirmó Starmer, según unos extractos de su discurso divulgados con antelación.
"Si el acuerdo del Primer Ministro fracasara, le corresponde al Parlamento decidir cuál debe ser la siguiente etapa, y no al Ejecutivo".
"Si se diera tal escenario, el escenario deseado por los laboristas es claro: el gobierno debe volver a la mesa de negociaciones y esforzarse en obtener un acuerdo que convenga a Gran Bretaña. Esto aportaría una válvula de seguridad en el proceso del Brexit", según Starmer.
La primera ministra británica, Theresa May, está al frente de un gabinete conservador que gobierna en minoría, y necesita del apoyo de diez diputados del partido unionista norirlandés DUP para tener mayoría.
Está previsto que Reino Unido abandone la UE el 29 de marzo de 2019.
El viernes, 27 dirigentes de la UE abrieron la vía a las negociaciones sobre la futura relación con el Reino Unido tras el Brexit. Mostraron su acuerdo, especialmente, en los términos de una transición de 21 meses.
Sin embargo, queda pendiente un punto importante: el retorno de una frontera física entre Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte, que tanto Bruselas como Londres quieren evitar a toda costa.
DR