Niñas refugiadas, con menos probabilidades de cursar secundaria: ACNUR
El organismo denuncia que la brecha de género es un fuerte impedimento para que las menores sigan estudiando, algo que no pasa con los niños
Las niñas refugiadas tienen la mitad de probabilidades de matricularse en la educación secundaria que los niños, a pesar de que constituyen la mitad de la población en edad escolar, según reveló hoy un informe de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
"La comunidad internacional debe reconocer la injusticia de negar una educación a niñas y mujeres refugiadas".
En un comunicado, la agencia destacó que para los menores refugiados "las puertas de la escuela son más difíciles de abrir" que para el resto de los niños y todavía más para las niñas refugiadas, "que tienen mucho más complicado encontrar y mantener un sitio en clase".
A medida que van creciendo, las niñas refugiadas se enfrentan a mayores niveles de marginación por lo que en la educación secundaria la brecha de género es mucho más amplia, concluyó el informe.
"La comunidad internacional debe reconocer la injusticia de negar una educación a niñas y mujeres refugiadas", dijo en el comunicado el alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, Filippo Grandi.
El documento revela que las convenciones sociales y culturales a menudo dan prioridad a los niños para atender al colegio por delante de las niñas.
En este sentido, la deficiencia de instalaciones sanitarias adecuadas y de productos menstruales pueden bloquear el acceso de las niñas refugiadas a las escuelas, además del desafío que supone el coste de los libros, los uniformes y el viaje a la escuela que puede ser prohibitivo para familias de refugiados.
"Encontrar soluciones a los retos a los que se enfrentan las niñas refugiadas requiere acciones en todos los ámbitos".
"Encontrar soluciones a los retos a los que se enfrentan las niñas refugiadas requiere acciones en todos los ámbitos, desde el Ministerio de Educación nacional, hasta las instituciones de formación de profesores, pero también en comunidades y en las aulas", sostuvo Grandi.
"Debemos superar barreras inmensas y pedimos un esfuerzo internacional para cambiar el rumbo", añadió el alto comisionado.
Según el informe de ACNUR, las niñas tienen más posibilidades de ir a la escuela si sus padres pueden trabajar para mantener a sus familias.
El estudio también sostiene que ninguna niña debe faltar a clase porque el trayecto sea demasiado largo o peligroso a la vez que debe estar protegida contra el acoso, el abuso sexual y el secuestro en su camino hacia el colegio.
Asimismo, el documento considera que existe una necesidad urgente de formar más profesoras mujeres tanto en comunidades de refugiados como de acogida para asegurar que promueven mejores prácticas y protegen a sus alumnas contra comportamientos que impiden que las niñas asistan al colegio.
ACNUR también destacó que la educación de las niñas refugiadas las protege de la vulnerabilidad, de la violencia sexual, de embarazos prematuros y del matrimonio siendo menores, a la vez que las empodera ya que adquieren habilidades de liderazgo y autoestima.
"Si descuidamos la educación de las menores refugiadas, las consecuencias se prolongarán durante generaciones", advirtió Grandi.
Según la agencia, el 61 % de los niños refugiados tienen acceso a la educación primaria, frente a la media internacional del 91 %, mientras que a la educación secundaria sólo acceden un 23 % de niños refugiados frente al 84 % global.