Sri Lanka vivió hoy un sangriento domingo con al menos 207 muertos, entre ellos una treintena de extranjeros tras una serie de atentados. Un templo en la ciudad de Negombo fue uno de los blancos.
La fachada del Hotel Kingsbury tras un ataque en Colombo. Las seis primeras explosiones ocurrieron de forma simultánea hacia las 08.45 horas locales.
En tres hoteles de lujo en Colombo se registraron explosiones. Aspecto del hotel Shangri-La.
Una iglesia de la capital, de San Antonio, tras un atentado.
Se reportan al menos 450 heridos por los atentados. Policías despejan una calle en Colombo para dar paso a una ambulancia que traslada a heridos.
Soldados aseguran la zona alrededor del templo de San Antonio.
En Negombo, al norte de la capital, al menos 67 personas perdieron la vida en la iglesia de San Sebastián.
Manchas de sangre se ven en las paredes de de San Sebastián.AP
Otro de los seis ataques simultáneos fue en la ciudad de Batticaloa, al este del país. Personal de seguridad y policías se ven afuera de la iglesia Zion.
Una mujer reacciona afuera de la morgue en Colombo. Por la tarde, al menos dos personas murieron en otra explosión en un cuarto hotel, situado en Dehiwala, en la periferia sur de la capital.
En Orugodawatta, al norte de Colombo, un kamikaze se inmoló en un edificio y mató a tres policías. Un polícia lesionado es sacado del sitio.
El portavoz de Policía de Sri Lanka anunció el arresto de 13 sospechosos de estar vinculados con los ataques. Policías de fuerzas especiales realizan un operativo cerca de Colombo.
Turistas caminan por una calle en Colombo. Tras las ocho explosiones, el Gobierno ha decretado el estado de emergencia y la policía ha impuesto el toque de queda con efecto inmediato ante el temor a nuevos ataques.
