La Unión Europea alcanza un acuerdo de mínimos para intentar abaratar el gas
Pactan sistema de compras conjuntas para al menos 15% de las reservas del combustible; algunos temen una respuesta negativa por parte de las compañías vendedoras
Los países de la Unión Europea alcanzaron hoy un acuerdo para desarrollar fórmulas que puedan abaratar la energía, como trabajar para extender el "mecanismo ibérico" a toda la UE, crear un sistema voluntario de compras conjuntas de gas o diseñar un tope al precio de ese hidrocarburo.
Tras más de once horas de "intensas pero constructivas" negociaciones, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE llegaron a un pacto de mínimos que acercó posturas entre un bloque de Estados más intervencionistas, con España, Francia, Bélgica y Grecia a la cabeza, y otro muy reacio a medidas que puedan alterar los mercados y comprometer el suministro de gas, con Alemania, Países Bajos, Hungría, nórdicos y bálticos.
Los ministros de Energía de los Veintisiete serán los que desarrollen los aspectos "muy técnicos" del acuerdo político alcanzado por los líderes, explicó en rueda de prensa la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien aseguró que la UE no tiene "tabúes" en el debate energético.
"Nuestro primer objetivo es hacer bajar los precios del gas", dijo Macron, que destacó como medida más importante el consenso para crear un "corredor de precios dinámico y temporal para las transacciones de gas natural", según las el texto pactado por los Veintisiete.
Si ese tope de precio al gas funciona, el coste de la energía bajará "mecánicamente", dijo Macron sobre una iniciativa que asusta a varias capitales, que temen que imponer esas condiciones ahuyente a los barcos de gas natural licuado y la UE no pueda reemplazar el gas que apenas le llega ya de Rusia.
"Es como ir a un bar y decirle al camarero que quieres pagar la mitad por la cerveza. No va a ocurrir. Los clientes no pueden reducir los precios de la energía. Sólo la diversificación y la competencia pueden", tuiteaba el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, durante la cumbre.
Los líderes también han encargado a la Comisión que estudie la extensión al resto de los Veintisiete del "mecanismo ibérico" que se aplica en España y Portugal y que limita el contagio de la carestía del gas en el mercado eléctrico.
De nuevo, muchos países reclaman un sistema como el peninsular, pero otros temen que pueda incrementar el consumo de gas o que el dinero de los consumidores europeos utilizado para financiar el sistema haga que se beneficien de importaciones de electricidad barata de la UE países no comunitarios, como el Reino Unido, Suiza o los países balcánicos.
Por ello, los líderes encargaron a la Comisión que elabore un "análisis de coste y beneficio" antes de europeizar el sistema de España y Portugal, países con la particularidad de tener mucha energía renovable, poco gas en su generación eléctrica y escasas interconexiones con el resto de la UE.
El tercer punto destacado de las conclusiones pactadas es crear un sistema de compras conjuntas de gas, pero que será de carácter voluntario. Sólo será obligatorio que, para el 15 % de las reservas de gas (en torno al 3.5 % del consumo total de la UE), las compañías tengan que presentar una propuesta de compra conjunta.
"Las compañías tendrán que agregar su demanda. Las ofertas llegarán y las empresas tendrán libertad para aceptarlas o no", resumió Von der Leyen.
La cumbre arrancó con el canciller germano, Olaf Scholz, escorado en el inmovilismo en que lleva instalado un año en política energética y una distancia cada vez mayor en el eje franco-alemán que funciona de columna vertebral de la UE.
"No creo que sea bueno ni para Alemania ni para Europa que esta se aisle", dijo a su llegada a la cumbre Macron, después de que la víspera se hubiera cancelado un consejo de ministros conjunto con Alemania previsto para la próxima semana, aunque una vez en Bruselas el presidente francés y Scholz acordaron mantener la reunión, pero a solas.
Las conclusiones, ambiguas en algunos puntos y limitadas en otros con salvaguardas, dejó impresiones variadas, desde la lectura positiva del primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, a las de "mayor ambición" que reclamaron fuentes españolas.
La pelota pasa ahora a los ministros de Energía de los Veintisiete, que el próximo martes mantendrán en Luxemburgo tendrán una primera reunión para afinar y desarrollar el mandato político de los líderes en un asunto técnico y complejo donde "el diablo está en los detalles", según apuntaba una fuente europea.