La Unión Africana condena explosión en Etiopía
El ataque, perpetrado con una granada durante un mitin del primer ministro Abiy Ahmed, dejó un muerto y más de 150 heridos
La Unión Africana (UA) ha condenado el "ataque cobarde" con granada del sábado en un mitin multitudinario del nuevo primer ministro de Etiopía, AbiyAhmed, que no causó daños al mandatario pero dejó un muerto y más de 150 heridos.
En un comunicado emitido a última hora del sábado, el presidente de la Comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat, se declaró "en shock y consternado" por una acción que "no puede justificarse bajo ninguna circunstancia".
Mahamat trasladó la "total solidaridad" de la UA al pueblo y el Gobierno de Etiopía, así como a las víctimas de este "acto criminal".
El jefe del Ejecutivo de la Unión Africana reiteró el "apoyo" de la organización panafricana a "los esfuerzos del primer ministro Abiy Ahmed y su Gobierno para impulsar la unidad, reconciliación, desarrollo y democracia en Etiopía".
"Una Etiopía fuerte y estable es un activo tremendo para la región y la totalidad de África", agregó Mahamat.
La explosión se produjo poco después de que, en la famosa plaza Meskel de Adís Abeba, terminara su discurso el reformista Abiy, que fue evacuado por guardaespaldas del escenario del acto, presenciado por decenas de miles de personas.
En una comparecencia televisiva tras el suceso, el gobernante dijo que fue "un ataque bien orquestado" que describió como "un fallido intento de fuerzas que no quieren ver una Etiopía unida".
La Policía Federal etíope divulgó la detención de seis sospechosos que están siendo investigados en relación con el incidente, que ocurrió detrás del escenario del mitin.
También fueron arrestados nueve miembros de las fuerzas del orden, incluido el subcomisario de la Policía de Adís Abeba Girma Kassa, quien fue destituido por los lapsus de seguridad registrados en el mitin.
Las muestras de solidaridad internacional con Etiopía fueron abundantes, provenientes de la Unión Europea, EU, Yibuti, Somalia y Kenia, entre otros.
Abiy, que accedió al poder el pasado abril, es un político reformista de 41 años que ha adoptado medidas favorables a una época más democrática y de mayores libertades en Etiopía, un aperturismo rechazado por sectores conservadores de la coalición gobernante.
El primer ministro tomó las riendas del Gobierno tras la inesperada dimisión en febrero de su antecesor, Hailemariam Desalegn, quien decretó el estado de emergencia en respuesta a una creciente ola de protestas populares.
Entre otras medidas, Abiy ha levantado el estado de emergencia, ha puesto en libertad a presos políticos, ha ofrecido diálogo a la oposición y ha anunciado la liberación parcial de sectores económicos estratégicos como la aviación o las telecomunicaciones.
El mandatario, además, ha decidido aceptar y aplicar el acuerdo de paz de 2000 con Eritrea, que se independizó de Etiopía en 1993, pero disputas fronterizas abocaron a ambos países a una guerra (1998-2000).
Eritrea también condenó el ataque del sábado, que su embajador en Japón calificó como un "intento de incitar a la violencia".