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La Habana está de vuelta: todos al malecón... pero con mascarilla

Luego de más de cien días de cuarentena, la capital de Cuba retoma su romance con el mar, aunque sin turistas extranjeros

Como La Habana registra muy pocos casos diarios, este viernes el gobierno autorizó la primera de tres fases de desconfinamiento en la capital cubana. EFE/E. Mastrascusa
Como La Habana registra muy pocos casos diarios, este viernes el gobierno autorizó la primera de tres fases de desconfinamiento en la capital cubana. EFE/E. Mastrascusa
Como La Habana registra muy pocos casos diarios, este viernes el gobierno autorizó la primera de tres fases de desconfinamiento en la capital cubana. EFE/E. Mastrascusa
Como La Habana registra muy pocos casos diarios, este viernes el gobierno autorizó la primera de tres fases de desconfinamiento en la capital cubana. EFE/E. Mastrascusa
Como La Habana registra muy pocos casos diarios, este viernes el gobierno autorizó la primera de tres fases de desconfinamiento en la capital cubana. EFE/E. Mastrascusa
Como La Habana registra muy pocos casos diarios, este viernes el gobierno autorizó la primera de tres fases de desconfinamiento en la capital cubana. EFE/E. Mastrascusa

Al fin Lázaro pudo salir a pescar, Dayli a nadar y Fernando a correr por el malecón de La Habana. Tras más de cien días de encierro por el coronavirus, la capital de Cuba retoma su romance con el mar, aunque sin turistas extranjeros.

"Siento alegría porque esto es lo que nos gusta a nosotros: la pesca. Todos estamos aquí contentos respetando las normas para evitar contagios"

"Siento alegría porque esto es lo que nos gusta a nosotros: la pesca (...) Todos estamos aquí contentos respetando las normas para evitar contagios", cuenta a la AFP el pescador Lázaro Castillo, de 55 años, provisto de mascarilla.

La Habana es aún el último reducto de la COVID-19 en la isla. Pero como registra muy pocos casos diarios, este viernes el gobierno autorizó la primera de tres fases de desconfinamiento. Ya casi la totalidad del país está en la segunda fase, con una normalidad a medias.

EFE/E. Mastrascusa

En el caso de la capital, reinicia gradualmente el transporte público y algunas actividades del comercio y los servicios, así como la reapertura de las playas y del turismo nacional.

Ni bien amaneció, Lázaro, chofer de profesión, enrumbó junto con cinco amigos hasta el "sofá de La Habana", como se le conoce al malecón, que se extiende siete kilómetros sobre la costa capitalina, y es lugar obligado de encuentro de locales y visitantes.

Para evitar contagios, toda actividad estuvo paralizada, y Lázaro pensó entonces que moría de nostalgia.

"Al menos yo con mi perro, venía, y nos parábamos ahí y mirábamos el mar, porque es la costumbre de viejo", cuenta Castillo, que comenzó a pescar en la costanera hace dos décadas. Lleva consigo una botella con agua y cloro para desinfectarse las manos.

"¡Espectacular!"

Hasta este viernes, la isla de 11.2 millones de habitantes reportaba un total de dos mil 361 casos, con dos mil 224 recuperados y 86 fallecidos, por lo que se considera al nuevo coronavirus bajo control.

"¡Riquísimo! Llevábamos mucho tiempo encerrados. El mar siempre ha estado muy presente en mi carrera, en mi vida y lo adoro"

"Feliz 3 de julio en que toda Cuba entra en etapa post COVID-19. Que la alegría no nos haga olvidar la responsabilidad. Hoy ganamos una batalla, pero aún no ganamos la guerra", tuiteó el presidente Miguel Díaz-Canel.

En su "primer día de libertad", Deyli Dacerda, de 31 años y madre de dos niñas, no lo pensó dos veces para llegar hasta la costa y darse un chapuzón, porque "es una de las cosas que los cubanos necesitamos, el verano, el calor, el agua (de mar)".

"!Espectacular! Ya me metí (en el mar) y me voy a volver a meter, y el lunes vengo con mis niñas", dice Deyli.

Al igual que ella, unas 200 personas acudieron este viernes a la "playita 16", un tramo en la costa del oeste de la capital. El sector dista mucho de la paradisíaca Varadero. Aquí hay que bañarse con zapatillas para no lastimarse con los arrecifes. Pero, playa es playa.

Hasta este lugar llegó Carlos Alberto Méndez, actor y buzo aficionado, que aprovechó para beber una cerveza y charlas con los amigos.

EFE/E. Mastrascusa

"¡Riquísimo! Llevábamos mucho tiempo encerrados (...) vinimos al mar (...) el mar siempre ha estado muy presente en mi carrera, en mi vida y lo adoro", explica este hombre de 32 años. "Es un espacio de libertad y súper rico", apuntó.

JM

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