Huracán Beryl devasta el sureste del Caribe y sigue su paso
Las islas resistieron el paso del ciclón, pero gran parte de ellas terminó con daños
Beryl atravesó ayer aguas abiertas convertido en un monstruoso huracán con intensidad categoría 4, que dejó devastación a su paso y se mantiene firme rumbo a Jamaica y las costas de México, luego de tocar tierra en el sureste del Caribe, donde causó al menos seis muertes.
En Jamaica, las islas Gran Caimán, Pequeña Caimán, Caimán Brac y toda la costa sur de Haití están en tensa alerta, con la esperanza de que Beryl comience a perder intensidad.
El pronóstico es que bajará, pero todavía tendrá la fuerza de huracán categoría 3 por lo menos cuando pase por la zona jamaiquina y rumbo a la península de Yucatán, con fecha prevista para llegar a tierras mayas entre el jueves o viernes según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC por sus siglas en inglés).
Beryl alcanzó la categoría 5 más temprana en la historia de la temporada de huracanes del Atlántico, alimentada por las aguas inusualmente cálidas del océano, aunque se degradó a categoría 4, mantiene vientos de 250 kilómetros por hora y marejadas ciclónicas en Jamaica, donde los funcionarios evacuaron a gran parte de su población.
Furioso paso
Mientras el meteoro seguía su avance por el mar Caribe, en el Sureste, los rescatistas también siguieron contando los daños que causó tras tocar tierra en Carriacou, una isla de Granada.
Tres personas fueron reportadas sin vida y una más en San Vicente y las Granadinas, informaron funcionarios. Se reportaron otras dos muertes en el norte de Venezuela, donde hay cinco personas desaparecidas, según funcionarios. Alrededor de 25 mil personas de esa zona se vieron afectadas por las fuertes lluvias provocadas por Beryl. Una muerte más se reportó en Granada cuando un árbol cayó sobre una casa.
Las islas cercanas de Carriacou y Petit Martinique sufrieron los mayores daños, siendo el agua, los alimentos y la fórmula para bebés una prioridad. “La situación es desalentadora”, dijo el primer ministro granadino, Dickon Mitchell. “No hay electricidad y hay una destrucción casi completa de casas y edificios en la isla. Los caminos no son transitables y en muchos casos están cortados por la gran cantidad de escombros esparcidos por las calles”. Añadió que “la posibilidad de que haya más muertes sigue siendo una triste realidad”.
Por su parte, su homólogo en San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, prometió en un comunicado reconstruir el archipiélago, apuntó que el 90% de las viviendas de la Isla de la Unión estaban destruidas y que se prevén “niveles de devastación similares” en las de Myreau y Canouan.
Revivir la tragedia
El último huracán fuerte que azotó el sureste del Caribe fue Iván, hace 20 años. Causó decenas de muertes en Granada donde Roy O'Neale, hoy de 77 años, perdió su casa.
Después de Iván la reconstruyó más sólidamente; su casa actual tuvo daños mínimos , pero tan sólo el sonido del huracán hizo revivir el miedo en Roy y sentirse desprotegido. “Sentía el silbido del viento, y luego, por unas dos horas seguidas, fue realmente aterrador. Había ramas de árboles volando por todas partes”, dijo.
Cientos de personas se refugiaron en todo el Sureste del Caribe. “Quizás algunos de ellos pensaban que podrían sobrevivir en su casa, pero cuando se dieron cuenta de la gravedad del fenómeno… vinieron en busca de refugio", dijo Urban Mason, maestro jubilado que dirige el albergue.
TRAYECTO
Más daños en su ruta por islas caribeñas
La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, resultó “muy golpeada” por la caída de un árbol en Sucre.
En República Dominicana, se presentaron inundaciones, cierres de carreteras y medio centenar de personas sin vivienda.
Una de las casas dañadas por Beryl pertenece a los padres de Simon Stiell, secretario ejecutivo de la Secretaría de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, originario de Carriacou en Islas Granada. La tormenta también destruyó la casa de su difunta abuela. En una declaración, Stiell dijo que la crisis climática va de mal en peor, y es más veloz de lo esperado.