En una pequeña sala del convento, una decena de costureras trabajan incansablemente para unir telas de colores en seda artesanal, bajo la atenta mirada de la hermana Sukanya. EFE/D. Azubel
En una pequeña sala del convento, una decena de costureras trabajan incansablemente para unir telas de colores en seda artesanal, bajo la atenta mirada de la hermana Sukanya. EFE/D. Azubel
En una pequeña sala del convento, una decena de costureras trabajan incansablemente para unir telas de colores en seda artesanal, bajo la atenta mirada de la hermana Sukanya. EFE/D. Azubel
En una pequeña sala del convento, una decena de costureras trabajan incansablemente para unir telas de colores en seda artesanal, bajo la atenta mirada de la hermana Sukanya. AFP/R. Gacad
En una pequeña sala del convento, una decena de costureras trabajan incansablemente para unir telas de colores en seda artesanal, bajo la atenta mirada de la hermana Sukanya. AFP/R. Gacad
En una pequeña sala del convento, una decena de costureras trabajan incansablemente para unir telas de colores en seda artesanal, bajo la atenta mirada de la hermana Sukanya. AFP/R. Gacad
En una pequeña sala del convento, una decena de costureras trabajan incansablemente para unir telas de colores en seda artesanal, bajo la atenta mirada de la hermana Sukanya. EFE/D. Azubel
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