Este continente se está desintegrando lentamente
El impacto de este cambio geológico sería significativo no sólo en términos de geografía, sino también de clima, biodiversidad y recursos naturales
En las últimas décadas, África Oriental ha sido el epicentro de un proceso geológico que podría alterar no sólo su geografía, sino también la del mundo entero. Los científicos han señalado que el continente africano está literalmente "desintegrándose", con la separación gradual de sus placas tectónicas que podría dar lugar a la formación de un nuevo océano.
Este fenómeno, conocido como rifting, se está desarrollando principalmente en el Valle del Rift, una vasta fisura geológica que recorre más de 5 mil kilómetros de norte a sur, desde el Mar Rojo hasta Mozambique.
A medida que las placas tectónicas africanas se separan, grandes grietas comienzan a abrirse en la superficie terrestre. Un ejemplo alarmante de este proceso ocurrió en marzo de 2018, cuando una fisura de 15 metros de profundidad y 20 metros de ancho se formó en Kenia, producto de la ruptura del volcán Suswa.
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La más reciente de estas grietas se encuentra en Etiopía, extendiéndose a lo largo de 60 kilómetros y alcanzando una profundidad de hasta diez metros. Para los científicos, este es sólo el comienzo de un proceso geológico más grande y complejo. Si la separación de las placas continúa, África Oriental podría estar en camino a convertirse en un archipiélago, con una nueva isla en el Océano Índico formada por partes de Etiopía y Somalia.
El proceso es impulsado por el magma del interior de la Tierra, que se eleva hacia la superficie y provoca la fractura de la corteza terrestre. Con el paso de millones de años, este proceso podría dar lugar a un nuevo océano que separaría por completo la placa somalí de la placa nubia, creando nuevos litorales en países que hoy no tienen costas, como Zambia o Uganda.
El impacto de este cambio geológico sería significativo no sólo en términos de geografía, sino también de clima, biodiversidad y recursos naturales. La creación de un océano en el corazón de África podría modificar el curso de ríos como el Nilo, que podría desembocar en el Océano Índico en lugar de en el mar Mediterráneo, cambiando la dinámica de la región de manera irreversible.
Aunque este tipo de fenómeno podría parecer algo lejano, el pasado geológico de la Tierra nos da ejemplos claros de procesos similares. El Mar Rojo, por ejemplo, comenzó a formarse hace unos 25 millones de años como resultado de la separación de África y la Península Arábiga. Hoy, ese mar sigue expandiéndose, lo que demuestra que la creación de nuevas masas de agua es un proceso continuo.
La separación total de las placas podría tardar entre 20 y 60 millones de años, aunque fenómenos como terremotos podrían acelerar el proceso. Este largo período de tiempo, aunque aparentemente lejano para la humanidad, es sólo un suspiro en la escala geológica de la Tierra.
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GG