Damnificados enfrentan con lodo a reyes y funcionarios
Múltiples ciudadanos expresaron su molestia ante la falta de apoyos a los afectados
Una multitud de supervivientes enfurecidos les arrojó lodo de las recientes inundaciones al rey Felipe VI y a la reina Letizia de España ayer durante su primera visita al epicentro del desastre natural más mortífero en la nación del que se tenga memoria y que es conocido como la Dana.
El ataque incluyó algunas piedras y otros objetos. Dos guardaespaldas recibieron tratamiento por lesiones.
Fue un incidente sin precedentes para una Casa Real que se esmera en crear una imagen de que los monarcas son queridos por el país.
La ira española se ha desatado contra un Estado que parece abrumado e incapaz de satisfacer las necesidades de los damnificados.
Funcionarios también evacuaron rápidamente al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de la escena poco después de que su contingente comenzó a recorrer las calles cubiertas de barro de una de las zonas más afectadas, donde murieron más de 60 personas y miles de vidas fueron trastocadas.
El desastre, alimentado por el cambio climático, dejó al menos 217 muertos hasta ayer, en el Este de España.
Los monarcas y funcionarios cancelaron otra visita en un segundo pueblo gravemente afectado.
El ambiente es de indignación
Miles de personas siguen sin agua potable cinco días después de las inundaciones. La cobertura de internet y teléfonos móviles es irregular. La mayoría de las personas apenas recuperaron la energía eléctrica ayer.
Las tiendas y supermercados están en ruinas, y Paiporta, donde viven 30 mil personas, todavía tiene muchas manzanas completamente obstruidas con montones de escombros, innumerables autos destrozados y barro por todas partes.
Miles vieron sus hogares destruidos por una ola tipo tsunami de lodo. Hay mucha indignación por la mala gestión del desastre.Las inundaciones ya habían golpeado a Paiporta cuando funcionarios regionales emitieron una alerta a los teléfonos móviles. Sonó con dos horas de retraso. La ira ha crecido por la incapacidad de las autoridades de responder rápidamente a las secuelas.
CT