El príncipe Carlos y su esposa Camila visitan Cuba
La pareja real no se reunirá con disidentes políticos ni otros detractores del sistema unipartidista de la isla
El príncipe Carlos y su esposa Camila iniciaron el domingo una visita oficial a Cuba, la primera de la familia real británica, en una pomposa muestra de desacuerdo con la estrategia del gobierno del presidente Donald Trump de aislar económicamente a la isla.
Después de su llegada a La Habana, el heredero del trono británico colocó una ofrenda floral en el monumento al prócer independentista José Martí, cerca de imágenes de gran tamaño de íconos revolucionarios socialistas como Ernesto "Che" Guevara.
Las actividades en los próximos dos días incluyen visitas a sitios históricos, a un parque solar, una granja orgánica y un centro de investigación biomédica, así como una reunión con empresarios, una gala cultural y una cena con el presidente Miguel Díaz-Canel.
La pareja real no se reunirá con disidentes políticos ni otros detractores del sistema unipartidista de Cuba, decisión que suscitó críticas entre los exiliados cubanos.
El senador republicano Rick Scott le pidió a Carlos el mes pasado que cancelara su visita a Cuba debido al apoyo de La Habana al presidente venezolano Nicolás Maduro y a la "historia de décadas de persecución y encarcelamiento de desertores y la represión contra el pueblo" por parte del gobierno en la isla.
Por su parte, el senador republicano Marco Rubio ha exigido desde hace mucho tiempo aislar a Cuba y Venezuela. El gobierno de Donald Trump, que ha sido receptivo a las exigencias de ambos legisladores, endureció las sanciones financieras contra los dos países en un intento por conseguir el derrocamiento de ambos gobiernos.
Trump ha conseguido apoyo europeo y latinoamericano para su política contra Venezuela, pero no tanto para su política contra Cuba, cuyo gobierno ha resistido 60 años de embargo estadounidense sin mostrar señales de haber perdido control del poder.
Sir Alan Duncan, ministro británico de estado para Europa y las Américas, le escribió a Scott el mes pasado que, "al igual que diversos países más, creemos que la mejor manera de impulsar los derechos humanos y alentar a Cuba a que respete plenamente las libertades fundamentales es mediante la diplomacia práctica, como esta visita".
JB