El Papa recibe el fin de semana a víctimas del clero chileno
Francisco recibirá a tres personas de forma individual, charlará con cada uno y les pedirá perdón
El Papa Francisco recibirá este fin de semana a tres víctimas de abusos por parte del clero de Chile, Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, y escuchará sus sugerencias y les pedirá perdón, informó hoy en un comunicado el Vaticano.
"El Papa les da las gracias por haber aceptado su invitación: durante estos días de encuentro personal y fraterno, quiere pedirles perdón, compartir su dolor y su vergüenza por lo que han sufrido y, sobre todo, escucharlos en todas aquellas sugerencias que puedan realizarle para evitar la repetición de semejantes hechos reprobables", se lee en la nota del director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Greg Burke.
Francisco les recibirá individualmente, "dejando hablar a cada uno de ellos todo el tiempo que sea necesario".
En el comunicado del Vaticano también se lee que "el Santo Padre pide oraciones por la Iglesia de Chile en este momento doloroso, esperando que estos encuentros puedan desarrollarse en un clima de serena confianza y sean un paso crucial para remediar y evitar para siempre los abusos de conciencia, de poder y, particularmente, sexuales en el seno de la Iglesia".
Las víctimas estarán alojadas en la Casa Santa Marta, donde también reside el pontífice argentino.
Cruz ya se encuentra en Roma, mientras que Hamilton y Murillo llegarán el viernes.
Se trata de tres víctimas de los abusos del cura Fernando Karadima, que fue condenado por ello en 2011 por la Justicia canónica a una vida de reclusión y penitencia.
Uno de los obispos formados por Karadima es Juan Barros, a quien las víctimas acusan de encubrir los abusos y que desde 2015 es el titular de la diócesis de Osorno, en el sur de Chile, donde parte de la comunidad lo rechaza.
Francisco hasta ahora había defendido a Barros asegurando que no se tenían pruebas en su contra, pero a su regreso de su viaje a Chile envió al arzobispo maltés, Charles Scicluna, a recoger los testimonios de las víctimas.
El pasado 8 de abril, tras haber recibido el informe de Scicluna, Francisco envió a Chile una carta en la que convocó a las víctimas y a los obispos locales a Roma y admitió que cometió "graves equivocaciones de valoración", por haber recibido "información inexacta" de los hechos.