Internacional

Donald Trump "desaparece" de agenda pública y bloquea transición

Desde la jornada electoral, el presidente de EU ha hecho pocas apariciones y parece haber dejado de lado los deberes del cargo

A una semana después de las elecciones en Estados Unidos, el presidente Donald Trump no admite su derrota: atrincherado en la residencia oficial Casa Blanca sigue reclamando su triunfo frente al demócrata Joe Biden y bloqueando el proceso de transición.

Desde la jornada electoral del 3 de noviembre, ha hecho pocas apariciones públicas y parece haber dejado de lado los deberes presidenciales.

"¡Ganaremos!", dijo en Twitter el martes el republicano Trump. "Estamos progresando mucho. Los resultados comienzan a llegar la próxima semana. ¡Hagamos a Estados Unidos grande otra vez!".

Trump se niega a ceder ante Biden y presenta impugnaciones judiciales sin pruebas significativas.

Varias disputas fueron desestimadas casi de inmediato y el resto no tiene prácticamente ninguna posibilidad de anular las victorias por poco margen pero convincentes de Biden en varios estados.

Pero el intento de Trump de aferrarse al poder consume al magnate, quien suele burlarse públicamente de sus rivales como "perdedores".

Trump deja agenda y actividades presidenciales

Las únicas actividades conocidas de Trump fuera de la Casa Blanca han sido jugar golf dos veces en el fin de semana, después de que Biden fuera declarado ganador.

Las reuniones confidenciales de inteligencia, de rutina para un presidente, han estado fuera de la agenda diaria. Tampoco mencionó el dramático repunte de la pandemia COVID-19 en todo el país.

Y sus conferencias de prensa, entrevistas con la cadena Fox News o sesiones improvisadas de preguntas y respuestas con periodistas en la Casa Blanca, que alguna vez fueron casi diarias, desaparecieron.

En lugar de eso, Trump ha pasado gran parte de su tiempo tuiteando, principalmente en afirmaciones de que le robaron la elección.

El presidente se ha referido a los comentarios de apoyo de los presentadores de derecha en Fox News, que dice que ve horas todos los días.

La única acción presidencial significativa ha sido el despido abrupto del secretario de Defensa, Mark Esper, el lunes, también por Twitter.

Transición a Biden bloqueada

Hace exactamente cuatro años este martes, Trump acababa de obtener su sorpresiva victoria sobre Hillary Clinton y recorría la Casa Blanca por primera vez como invitado del saliente presidente demócrata Barack Obama.

Esa cortesía hacia los presidentes electos es una vieja tradición, que destaca el respeto casi sagrado de la nación por la transferencia pacífica del poder.

Trump, quien asumió el cargo con la promesa de cambiar las instituciones y lo que llamó "un Estado profundo" que según él opera en las sombras, ahora está rompiendo otra costumbre muy arraigada.

No solo no ha invitado a Biden a la Oficina Oval, sino que está bloqueando el acceso del demócrata a las instalaciones y la financiación previstas por ley para ayudar al líder entrante a interiorizarse del gobierno.

Estos recursos y fondos para la transición están controlados por la directora de la Administración de Servicios Generales, Emily Murphy, quien fue nombrada por Trump.

Biden, quien ganó con un número récord de votos pero reconoce que casi la mitad del electorado respaldó a Trump, parece estar optando por ignorar el caos.

Sin mencionar a Trump, Biden ya instaló un grupo de trabajo para abordar la pandemia, promesa central de su campaña, y el martes preveía pronunciar un discurso sobre el destino del plan de atención médica de la era Obama, que Trump pidió a la Corte Suprema que desmantele.

IM

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